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España España · Granada
Voto de Kikivall:
8
Romance. Comedia. Fantástico Estados Unidos, Gran Depresión. Mientras Cecilia trabaja como camarera en Nueva Jersey, su marido se dedica a hacer el vago. Su única distracción es el cine, al que va una y otra vez para evadirse de la dura realidad y soñar con un mundo de champagne, trajes de noche y fiestas elegantes. Una noche, el protagonista de su película favorita, "La rosa púrpura de El Cairo", se fija en ella y atraviesa la pantalla para conocerla. (FILMAFFINITY) [+]
27 de abril de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando yo era pequeño, sobre todo a los cines de verano (ya inexistentes hoy prácticamente) iban muchas chicas jóvenes a ver comedias de amor, melodramas o películas muy románticas con las que en ocasiones hasta lloraban a moco tendido. No digo nada si había algún apunte de beso e incluso un beso aunque fuera camuflado. Esas chicas y otras no tan jóvenes, tenían su mente en la pantalla, con marido o sin él, con novio o sin él. Era la forma de saltar la valla de las dificultades sociales y económicas y meterse de pleno en un mundo romántico y de fantasía.

Pues bien, en esta cinta, la protagonista, mujer humilde con un esposo haragán, el cine es su distracción e incluso casi su vida. Cecilia va una y otra vez para para salir de la cruda realidad y refugiarse en la sala y soñar con un mundo de champagne, smokings y fiestas elegantes. Lo que viene luego es pura maravilla.

Woody Allen dirige y escribe un magistral guión que hace de esta cinta una obra adorable. Una: enorme comedia de imaginación y sentido del humor y de la magia. Es una de las películas más encantadoras y entrañables de Allen. Y claro, no sólo plantea una temática de tipo social, demás, Allen, de un modo natural pero absolutamente surrealista y lírico, hace que los personajes del film salgan de la pantalla. Hay en la imaginación de Allen algo que es real, esto es: que entre la pantalla y el espectador hay un diálogo recíproco, hay una interacción, se da una suerte de interpenetración, porque el espectador se “identifica” con los personajes o la trama.

La cinta goza de una música genial de la que se encarga Dick Hyman. Una fotografía excelente de Gordon Willis. Y grande y acertada puesta en escena.

El reparto es mayúsculo y está, como solo Allen sabe hacer, genialmente dirigido. Mia Farrow se deja llevar por la magia del cine y hace un trabajo propiamente de encanto con un candor inaudito. Jeff Daniels está sobresaliente en su doble papel de actor de cine que sale a vivir la realidad. Dannie Aiello bien como marido insufrible.

Yo la he visto varias veces, lo cual me concede cierta autoridad para decir que se puede ver esta cinta una docena de veces y en cada pase encontrar nuevas joyas y descubrimientos en las escenas y sus diálogos, nuevos mensajes que hasta entonces habían permanecido ocultos, moralejas también nuevas y también nuevas sonrisas; y el reencuentro con aquellos cines de verano de antañazo repensados con sana nostalgia.

Woody Allen es un gran aficionado a homenajear lo que ama, esta vez el homenaje se lo hace al CINE. Al cine como espectador. Al acto mágico de ir al cine. Y demuestra una vez más que con su talento puede hacer una película que al mismo tiempo sea bonita, profunda, triste y muy divertida.
Kikivall
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