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España España · Granada
Voto de Kikivall:
7
Drama. Romance En 1981, el actor británico Peter Turner (Jamie Bell) recibe una llamada inesperada: su ex amante, la oscarizada actriz Gloria Grahame (Annette Bening), ha sufrido un colapso en un hotel de Lancaster. Como ella se niega a ser atendida por los médicos, a él no le queda más remedio que ir a buscarla para llevársela a su humilde casa familiar, en Liverpool. Allí, mientras cuida de ella, revivirá todo lo que les unió durante años, y también ... [+]
21 de mayo de 2018
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El punto de partida de este film es un libro de memorias del actor británico Peter Turner, donde relata sus amores de juventud con la afamada actriz de Hollywood, Loria Grahame (1921-1983), quien ya había saboreado las mieles del éxito con un Oscar a actriz de reparto en 1952 en el film de Vicente Minelli, “Cautivos del mal”. Entre Turner y la Grahame había una brecha de edad de 31 años, y la cinta cuenta el difícil romance entre ambos actores: la celebridad internacional y el anónimo provinciano, la mujer mayor y el hombre joven.

El director Paul McGuigan, tras mucha TV y algún largometraje irregular (p.e. “El caso Slevin”, 2006) ha firmado una película conmovedora, tierna y compleja dentro de su tónica filmográfica, un cine basado en acontecimientos reales, tras una carrera dedicada al cine de género. La cinta se desplaza a través de aventurados y selectos saltos en el tiempo, que McGuigan resuelve de forma óptima en la continuidad escenográfica. No es película truculenta, necrófila ni de regodearse en las cicatrices de la decadencia. Por el contrario, el leitmotiv de su obra es penetrar en un singular romance sin dejar de lado ningún matiz. Además, todos, actriz, actor y director recortaron sus emolumentos y este esfuerzo ha hecho viable una producción barata, llena de interiores y cromas que triunfa gracias al cuidado dibujo de la relación sentimental entre los personajes y la extraordinaria química que surge entre la pareja protagonista.

La historia es sencilla dentro de su complejidad. Peter Turner (Jamie Bell) nada más ver a Gloria Grahame (Annette Bening) se enamora perdidamente de ella. Gloria es su nueva vecina, una mujer alegre, vivaz, divertida y vital. Él es un joven actor que inicia su carrera en el Liverpool de finales de los 70. Pero ni la diferencia de edad entre ambos ni la fama de ella impidieron el flechazo que dio lugar a uno de los romances más apasionadas y sonados de la época.

El guion de Matt Greenhalgh proviene de la adaptación del libro de memorias de Peter Turner que no esconde el magnetismo y la subyugadora presencia de la Grahame (hoy una actriz prácticamente olvidada). Este atractivo lo resumió como nadie el personaje que interpretaba Humphrey Bogart, compañero de elenco en “En un lugar solitario” (1950): “Nací cuando ella me besó, morí el día que me abandonó y viví el tiempo que me amó”. Y Turner escribe: “Sus movimientos eran rítmicos y resbaladizos. Su voz distintiva y su rostro familiar. Ella no vestía ropa cara, solo su habitual camiseta y unos pantalones vaqueros. Me cautivó. Me deslumbró su estilo”. Ella era sin duda una musa en toda regla. El libreto hace una narración en la que trata muy bien esta historia que en la cinta deviene tragedia.

Excelente la música de 0J. Ralph y una meritoria fotografía de Urszula Pontikos, junto a una excelente puesta en escena.

En el reparto sobresale una Anette Bening a la que pertenece el enorme mérito de constituir sin duda el principal valor del film al recrear y componer la imagen de una de las actrices más singulares que dio el viejo Hollywood; pues resulta difícil imaginar a alguien más adecuada que Annette Bening para interpretar a ese tipo de estrella, tal la Grahame. Bening hace sin duda la interpretación más complicada y matizada de su carrera, y lo hace de diez para arriba, obviando lo fácil y tomando el camino más probable de un personaje que se aferra a la pérdida de la juventud y el temor insondable a la muerte, todo lo cual inunda de humanidad a una mujer merced a su virtud y espontaneidad. No creo errar mucho si digo que esta interpretación iba dirigida a un Oscar. En lo que atañe a Jamie Bell, éste acompaña al espectador en su deslumbramiento por Grahame, haciendo más que creíble el amor que surge entre ambos actores, dos personas muy diferentes pero que comparten una intensa sintonía como nexo común con un Turner entregado, sensible y pleno de vida; el actor británico sabe mantener la narración de manera virtuosa.

Película que sabe captar el espíritu de una actriz que era compleja y en ocasiones extravagante. Pero lo hace con gran estilo y sutileza. Excelente Anette Bening, Bell está cautivador y todo concluye en un drama romántico emotivo y tierno que pone en evidencia que una producción puede resultar impecable sin un presupuesto muy elevado, con una historia interesante, una puesta en escena cuidada y un reparto excelente.
Kikivall
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