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Voto de heisenberg_danger:
8
Intriga. Terror Una carta que hace sospechar que una joven desaparecida ha sido asesinada lleva al sargento Howie de Scotland Yard hasta Summerisle, una isla en la costa de Inglaterra. Allí el inspector se entera de que hay una especie de culto pagano, y conoce a Lord Summerisle, el líder religioso de la isla... (FILMAFFINITY)
31 de octubre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
FILM QUE CLAUSURA LA III EDICIÓN DEL FESTIVAL DE CINE DE TERROR Y SUSPENSE "LA MANO FEST", CELEBRADA ENTRE EL 26 Y EL 31 DE OCTUBRE DE 2015 EN ALCOBENDAS (MADRID).

Hay ocasiones en la vida en la cual aparecen cosas extraordinarias cuyo valor ha estado oculto durante mucho tiempo de manera inexplicable y sin una razón aparentemente lógica. Un ejemplo de ese tipo sería el extravagante director Ed Wood, injustamente clasificado como el peor director de todos los tiempos, cuyos extraños documentales sobre travestismo e inclasificables filmes sobre platillos volantes fabricados a base de cartón y cinta adhesiva le dieron una dudosa fama en el mundo del celuloide, permaneciendo en el más absoluto olvido hasta que el genial Tim Burton lo “resucitó” en 1993 con el film del mismo nombre. Desde entonces el nombre de Ed Wood ocupa un lugar muy especial en el corazón de los freaks más entusiastas. Pero no es un caso único en el mundo del cine, el que nos ocupa ahora es aún mucho más complejo si cabe y que se resumiría en la siguiente frase: ¿Cómo un film realizado algo más de 40 años atrás pasa de la marginalidad absoluta al reconocimiento puro y unánime? Pues eso es lo que ha ocurrido precisamente con "The Wicker Man".

"The Wicker Man" es una cinta británica dirigida por Robin Hardy, escrita por Anthony Shaffer basándose en la novela Ritual de David Pinner y protagonizada por los malogrados Edward Woodward y Christopher Lee. Estrenada en el año 1973, realizada con un presupuesto ínfimo y tras un discretísimo paso por taquilla, durante más de cuatro décadas se mantuvo olvidada tanto por crítica y público. No es fácil hablar de The Wicker Man, su argumento es bastante extraño, pero para aproximarnos un poco más a su génesis sería preciso situarnos en un contexto sociocultural extremadamente hermético, donde todo lo que hay afuera no existe o es de muy dudosa fiabilidad. Eso es precisamente lo que ocurre con los habitantes de Summerisle, la remota isla de la costa escocesa en la que transcurre la cinta, que recuerda inmediatamente al "Mito de la caverna" de Platón, donde el exterior, aquello que hay más allá, es un absoluto misterio existencial. Pero el convencionalismo queda absolutamente a un lado en cuanto descubrimos la verdadera naturaleza de los lugareños y la de la propia isla, adentrándose la historia en un enrevesado laberinto kafkiano donde nuestro protagonista va mutando progresivamente al Josef K. de "El proceso", el atormentado protagonista de la inmortal obra de Franz Kafka.
Pero si hay que abordar el film desde un punto de vista central lo más coherente es hacerlo desde la religión y el paganismo, o lo que es lo mismo, desde dos puntos de vista diferentes, pero en el fondo iguales, antagónicos, como enemigos íntimos que no pueden vivir el uno sin el otro, un binomio en toda regla que rige el camino de la trama y que están condenados a encontrarse en un momento dado de la misma. El eterno conflicto entre fanatismos religiosos y creencias que van más allá de las convencionales provoca un intenso choque de culturas a lo largo de toda la historia, que se acentúa por el propio y peculiar carácter de cada uno de los personajes, creando una atmósfera enrarecida y misteriosa que está presente en toda la cinta. Otros aspectos inherentes de la condición humana, como la intolerancia, la incomprensión, la ignorancia y la crueldad, se escenifican con una maestría ejemplar.

Capítulo aparte merece la magnífica banda sonora, compuesta por el infravalorado Paul Giovanni, desde piezas que se inspiran en la música celta tradicional a las canciones populares que entonan los habitantes de la isla como himnos de gloria para evocar a sus dioses, con unas letras que llaman especialmente la atención sobre todo por su lenguaje intencionadamente malsonante e incluso ofensivo. Sin lugar a dudas de lo mejor de la cinta, pues la dota de un marcado carácter provinciano y rural, convirtiéndose casi en un personaje más.

"The Wicker Man" es un film único, pudiéndose considerar una obra maestra del género sin paliativos, con unas imágenes bellas y potentes con los paisajes escoceses como telón de fondo y con una historia que cobra fuerza a cada minuto que pasa. Su redescubrimiento fue algo tardío, pero la espera mereció la pena. Nunca una bendición pagana y un pecado religioso fueron tan de la mano…
heisenberg_danger
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