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España España · MÓSTOLES
Voto de Lucman:
10
Cine negro. Drama Joe Gillis es un joven escritor de segunda fila que, acosado por sus acreedores, se refugia casualmente en la mansión de Norma Desmond, antigua estrella del cine mudo, que vive fuera de la realidad, acompañada únicamente de su fiel criado Max. A partir de ese momento, la actriz pretende que Joe corrija un guion que ella ha escrito y que va a significar su regreso al cine. (FILMAFFINITY)
21 de septiembre de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos hallamos, sin duda, ante una obra maestra de B. Wilder. Se centra, en esta ocasión, en el mundo de Hollywood, y nos muestra el tejido oculto de la que ha sido llamada desde hace décadas: “La fábrica de los sueños”, y que raras veces nos ha sido revelado en toda su crudeza. Aquí, tenemos a Hollyvood convertido en un gigantesco Urano capaz de devorar a sus propios hijos.

Avant cámara, tres personajes que viven su propia tragedia desde situaciones muy diferentes. Un joven guionista sin éxito, una veterana actriz del cine mudo sumida en el olvido, y el mayordomo de ésta, unidos en una lujosa, decadente y semiolvidada mansión de un lugar llamado Sunset Bulevard. Wilder no ha podido elegir mejor escenario para recrear su dramática historia. SB, es la calle de la esperanza, la desolación, las ilusiones perdidas; del fracaso de muchos y el triunfo de pocos, esos que, también, acabarán sucumbiendo al poder de esa insaciable y demoledora máquina de fabricar quimeras.
Sin duda, el personaje más carismático es el de Norma Desmont –magníficamente interpretado por Gloria Swanson-, con la que, evidentemente, tenía cierto paralelismo en su trayectoria como actriz. A ella se une Joe Gillis ,-a quien da réplica un convincente William Holden-, ambicioso guionista a la caza de algún productor que quiera valorar sus no muy inspiradas historias, perdido en el maremagnun de un ambiente de jóvenes que, como él, finalmente irán quedando relegados al rincón del olvido. El tercero en discordia es el mayordomo: Max –cuyo rol de hombre distante, hierático y solemne, recrea espléndidamente Eric von Stroheim-.No ha dejado de sorprenderme, la valoración moral que Wilder hace de este último personaje, llevándole mucho más allá de una simple función de sirviente, y convirtiéndolo en el primer marido de la diva y el director que la lanzó al estrellato. Curiosamente su transformación en simple mayordomo –soportando todo tipo de humillaciones-, está motivado por el profundo amor que siente por ella. Sin duda, el único personaje que se muestra dotado de una generosidad sin límites, capaz de sacrificar su brillante futuro como director de cine en aras de la estrella a la que admira y ama..

No sé si el resultado final hubiese alcanzado la misma brillantez, si BW no hubiese contado con su guionista habitual: Charles Brackett –aunque también colaborase en esta ocasión D.M. Marshman-, pero, los diálogos poseen de una calidad de la que en pocas ocasiones los aficionados hemos podido disfrutar, y donde, ni una sola secuencia está desprovista de contenido, con una perfecta sincronía entre la imagen y la palabra. La agilidad de la cámara en planos, contraplanos y travelings es de obligada mención, integrándose todos ellos en una conjunción terminal convincente y espléndida.

Film emblemático, que nos muestra un trabajo al que podemos situar en la cumbre artística de un director que más adelante sería aclamado como “el rey de la comedia”, con películas inolvidables, imposibles de olvidar para ningún buen cinéfilo.
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Lucman
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