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España España · Barcelona
Voto de Quim Casals:
7
Romance. Drama Anne es una joven viuda que tiene una hija pequeña y cuyo marido murió durante el rodaje de una escena peligrosa. Ella también trabaja en el mundo del cine. Jean-Louis Duroc es también un joven viudo que tiene un hijo de corta edad; es un hombre más bien triste e introvertido. (FILMAFFINITY)
24 de marzo de 2009
27 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Contaba Terenci Moix en sus maravillosos libros sobre las estrellas del cine, que participó gustoso en el abucheo al jurado de Cannes 66, cuando premió a esta película, en detrimento de rotundas obras maestras como "Campanadas a medianoche" o "Faraón". Y tal vez también sorprenda el inmenso éxito comercial que obtuvo en todo el mundo; pero, a pesar de sus limitaciones, pienso que, más de cuarenta años después, se paladea con agrado.

Como ocurre con "La diligencia", que parece muy tópica porqué posteriormente fue imitada hasta la saciedad, pero que en el momento de su realización era ciertamente original, la imagen más recordada de este film nos parece también hoy muy tópica, pero porqué dio lugar a recurrente estética publicitaria (los amantes corriendo en la playa, la cámara girando…). El estilo fotográfico y de montaje, qué duda cabe, es hijo de su tiempo, aunque eso no es necesariamente un defecto. En concreto, la alternancia del color, el blanco y negro y la tonalidad sepia, me parece que sigue funcionando a la perfección, porqué no obedece a criterios mecanicistas —como utilizar uno para el pasado y otro para el presente, como sucede en muchas películas— sino, de manera intuitiva, a estados de ánimo.

Pero la belleza de esta película reside, en mi opinión, en la absoluta sencillez de su propuesta: un hombre y una mujer (habrá que admitir que, visto el contenido, es el título más acertado posible). La dramaturgia clásica del cine romántico acostumbra a situar a los amantes ante difíciles tesituras: la infidelidad —de "Breve encuentro" a "Los puentes de Madison"—, el conflicto con el deber —"Casablanca"—, el destino trágico —"Carta de una desconocida"—, etc. Aquí no hay daños a terceros ni colaterales: tan sólo dos viudos que pueden rehacer su vida. Ignoro si se trata de una operación de cálculo —estética audaz para el público proveniente de las nuevas olas e historia modosa para el público más conservador—. Sea como sea, el resultado me parece bonito y emotivo (su reverso tenebroso podría ser el último título de Naruse, "Nubes dispersas": un hombre y una mujer viuda, siendo precisamente el hombre quien, en un accidente, atropelló al marido).

Una película de estas características necesita a la fuerza de unos actores de especial carisma, que transmitan la química entre ellos y caigan bien a todos los espectadores. Creo que ambos lo consiguen. A Trintignant le toca bailar con la más fea (su personaje, no su partenaire). De él, oímos más la voz en off de su pensamiento y, de ella, vemos más los recuerdos de su matrimonio. Y, sin embargo, la acabamos conociendo mucho más ella, sabemos qué siente y lo comprendemos. A su lado, el personaje masculino aparece mucho menos complejo y trabajado, y por eso creo que fundamentalmente brota de ella la emoción.

Finalmente, démosle de nuevo la razón a Terenci cuando proclama su devoción por el rostro de Anouk, bello como pocos y fascinante como más pocos todavía.
Quim Casals
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