Lento, aburrido y convencional remake de la famosa película japonesa del mismo nombre. La historia es de lo más simple: un abogado que tiene la crisis de la mediana edad queda encandilado por la figura de una hermosa mujer a la que contempla desde un tren, por lo que decide ponerse a bailar. No hay más, por lo que contratar a tantos actores de calidad resulta un total desperdicio de talento. Lo único destacable de esta soporífera producción es el siempre genial Stanley Tucci, en un papel que no dejará a nadie indiferente, pero por lo demás, el film es de lo más predecible y olvidable.