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Voto de Carlos del Río:
9
Drama. Comedia Rafael dedica 24 horas al día a su restaurante, está divorciado, ve muy poco a su hija, no tiene amigos y elude comprometerse con su novia. Además, desde hace mucho tiempo no visita a su madre, internada en un geriátrico porque sufre el mal de Alzheimer. Una serie de acontecimientos inesperados le obligan a replantearse su vida. Entre ellos, la intención que tiene su padre de cumplir el viejo sueño de su madre: casarse por la Iglesia. (FILMAFFINITY) [+]
29 de septiembre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El hijo de la novia" es una película preciosa, divertida y encantadora. Sus grandes bazas son un reparto inspiradísimo, un guión perfectamente construido, con unos personajes muy bien dibujados, y una dirección muy imaginativa, que logra momentos divertidos y muy emotivos, sin caer nunca en el sentimentalismo.

La película comienza presentándote el mundo de Rafael, que es un completo desastre, y a medida que avanza, a través sobre todo de las conversaciones que mantiene con su padre y con su amigo de infancia (Eduardo Blanco), vas descubriendo cómo es realmente Rafael, quien está traumatizado porque para su madre nunca fue suficiente, y acabó en el restaurante porque no tenía una otra cosa.

Lo que hace que esta película sea emocionalmente tan potente, es que el cambio que experimenta Rafael a lo largo de la narración es creíble. Un punto de inflexión, cuando ya no le queda más remedio que plantearse su vida, es cuando sufre un infarto y no sabe cómo seguir adelante. Su amigo le cuenta cómo rehizo su vida después de perderlo todo, y ve que su padre sigue perdidamente enamorado de su madre, mientras que él está a punto de romper con su novia. Él comienza a cambiar gradualmente, pero llega un momento que se le tuercen tanto las cosas, que perjudica a los empleados de su restaurante, y éstos además le dan las gracias. Es entonces cuando decide hacer todo lo posible por cambiar.

En la parte final hay un montón de escenas excelentes, que son muy imaginativas y emocionantes, como cuando Alterio se imagina que Verbeke es su esposa caminando por la iglesia; o la discusión con el cura; o cuando Darín por fin habla con su madre; o cuando descubre qué clase de actor es su amigo, que es una escena divertidísima; o la reconciliación entre Darín y Verbeke, es que sencillísima pero muy emocionante. Y por supuesto, la magnífica boda final, que es tan emocionante que varias veces te pone los pelos de punta.

Una grandísima película.

www.elrincondecarlosdelrio.com
Carlos del Río
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