Una película de excesos para un director de exceso. Scorsese vuelve al tipo de historias que mas reconocimiento le han dado:la del tipo normal que entra en un entorno hostil que le hacer convertirse en otra persona por pura supervivencia, llámalo supervivencia física, económica o psicológica. Diferentes escenarios, diferentes personajes pero el mismo concepto.

Recuerdo a Dicaprio como ese tío con cara de niña que hacía películas para el disfrute de otras niñas, pero por suerte, para él y para nosotros, ese tiempo ya pasó a mejor vida. Pasó a mejor vida pero ha existido y eso es perfecto para su personaje: el niño bueno que pasa a ser el niño malo y gracias a una de sus mejores interpretaciones y tal vez de las mas expresivas, como por ejemplo "la playa", pone el lazo y envuelve para regalo su participación en esta película.

Pero no solo Dicaprio está del diez, en esta película todos los actores y actrices dan lo mejor de sí. Quiero destacar la acojonante interpretación de Matthew McConaughey que en sus escasos diez minutos de interpretación demuestra que no hay papeles pequeños, sino actores pequeños.

La película es una enorme sátira enorme hacia el mundo de Wall Street, es una sátira que curiosamente está basada en la autobiografía de su protagonista (Jordan Belfort) , lo que hace que en un principio y a lo largo de todo su metraje parezca una comedia alocada en algunas ocasiones, no sea más que el retrato de un grupo de gilipollas(emprendedores y con talento en lo suyo, pero gilipollas al fin y al cabo.

Chaplin dijo que la vida era una comedia general y un drama en primer plano y éste filme representa dicho concepto a la perfección.