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Voto de El Extranjero :
9
7,1
13.959
Comedia. Drama
Santiago después de levantarse baja a la cocina, donde lo espera toda la familia para felicitarlo: es su cumpleaños. Todos le cantan el "Feliz cumpleaños", y él empieza a abrir los regalos; cuando le toca el turno al de su hijo pequeño, se enfada y dice que no le gusta. (FILMAFFINITY)
22 de enero de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Revisada casi ocho años después revalido mi excelente impresión pasada, se trata de una película muy original, que atrapa la atención desde el primer momento y supone una experiencia inquietante y hasta psicológicamente agresiva (me sorprendió ver que estaba catalogada como apta para todos los públicos).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Dicho esto, veo que la lectura más extendida que se hace de esta película es la de la dureza de la soledad, que un hombre necesita pagar para tener la ilusión de tener una familia normal, cuando bajo mi punto de vista Galiardo (espléndido en un registro sobrio y cortante) no es un hombre que quiera/pueda/necesite tener lo que se entiende por una familia convencional. No hay más que reparar en su perverso sentido del humor, en la brusquedad de sus agrias contestaciones, en su carencia de filtro, que es lo que permite soportar la insípida farsa que son muchas veces las relaciones humanas durante la mayor parte del tiempo. Se divierte poniendo en aprietos a los actores que tratan de amoldarse lo mejor que pueden a sus papeles asiganados para representar la función, es como una prueba de inteligencia a la que los somete y que se vuelve más excitante cuando los hechos se salen del guión, lo que les hace reaccionar como ellos mismos y no actores. Galiardo está muy juguetón, improvisa contratiempos sobre la marcha, se sale de lo establecido y juega a ser el Dios omnipotente ante los actores, yendo a pillarlos, tratando de sembrar confusión y crear contradicciones. Aprovechando su faceta de persona con capacidad intimidatoria (de la cual es consciente) si no saben salir airosos de la presión a la que los somete lo mismo les asesta un golpe moral que les perdona la vida. En realidad nadie sabe muy bien lo que está pasando ni quién es ese hombre, son una compañía de teatro que jamás habían hecho nada parecido, pero optan por no abandonar y acabar el trabajo ya que está muy bien pagado.
Galiardo no quería una familia de verdad, sino un divertimento sofisticado, retorcido, un juego psicológico, sino su actitud hubiera sido diferente, un hombre desesperado por la soledad tiende a ser agasajador y pelota, sacrifica su personalidad con tal de agradar, cosa que no se ve aquí. Su inteligencia apunta en otra dirección, una que la socialización convencional no contempla, es más agresiva, salvaje, se divierte transitando siempre por la cuerda floja. Es un visionario que precisa de pasatiempos sibaritas, pero no un mal hombre como (maravillosamente) se especulaba, solo alguien que a lo mejor no ha encontrado la horma de su zapato en una sociedad que tiende a la hipocresía (como la de encajar a cualquier precio a la hora de entablar relaciones, vemos como se ríe de ellos cada vez que tratan de agradarlo diciendo lo que creen que quiere oír, los destinos de los supuestos viajes en familia, etc). Busca la reacción más natural.
La película entera es una maravilla pero si me tuviera que quedar con una escena sería aquella en la que los dos 'hermanos' mantienen relaciones sexuales y viene Galiardo. Ella se esconde en el cuarto de baño y Galiardo habla con su 'hijo'. En teoría estaba solo en el cuarto y no ha visto a su 'hermana'. Y vemos como los adornos de estrellas que colgaban del techo se mueven. El chico repara en eso, Galiardo dirige una mirada al techo e inmediatamente después clava la vista en él. Claro que lo sabe, la inquietud es palpable en por dónde va a salir ahora el siniestro hombre. Pero la escena termina sin incidencias. Pero para el recuerdo esa mirada transparente y reveladora que le brinda, no hace falta más.
En cuanto al reparto femenino me llama la atención que tanto Amparo Muñoz como Ágata Lys (memorable en la irregular 'Taxi', no obstante película con momentos cumbre) no hicieron apenas cine significativo, de calidad, a pesar de mostrarse aquí como unas actrices excelentes y convincentes, con personajes de carácter duro que son una delicia de contemplar. Encasilladas como integrantes del bobo cine de destape, cuando eso se acabó y fueron cumpliendo años apenas nadie las quiso dar trabajo decente a pesar de su madura belleza y dotes artísticas para este trabajo.
Concluyendo, cine excitante, que desde la naturalidad y seriedad, arranca carcajadas más sonoras que buena parte del cine que se idea, en teoría, para hacer reír.
Galiardo no quería una familia de verdad, sino un divertimento sofisticado, retorcido, un juego psicológico, sino su actitud hubiera sido diferente, un hombre desesperado por la soledad tiende a ser agasajador y pelota, sacrifica su personalidad con tal de agradar, cosa que no se ve aquí. Su inteligencia apunta en otra dirección, una que la socialización convencional no contempla, es más agresiva, salvaje, se divierte transitando siempre por la cuerda floja. Es un visionario que precisa de pasatiempos sibaritas, pero no un mal hombre como (maravillosamente) se especulaba, solo alguien que a lo mejor no ha encontrado la horma de su zapato en una sociedad que tiende a la hipocresía (como la de encajar a cualquier precio a la hora de entablar relaciones, vemos como se ríe de ellos cada vez que tratan de agradarlo diciendo lo que creen que quiere oír, los destinos de los supuestos viajes en familia, etc). Busca la reacción más natural.
La película entera es una maravilla pero si me tuviera que quedar con una escena sería aquella en la que los dos 'hermanos' mantienen relaciones sexuales y viene Galiardo. Ella se esconde en el cuarto de baño y Galiardo habla con su 'hijo'. En teoría estaba solo en el cuarto y no ha visto a su 'hermana'. Y vemos como los adornos de estrellas que colgaban del techo se mueven. El chico repara en eso, Galiardo dirige una mirada al techo e inmediatamente después clava la vista en él. Claro que lo sabe, la inquietud es palpable en por dónde va a salir ahora el siniestro hombre. Pero la escena termina sin incidencias. Pero para el recuerdo esa mirada transparente y reveladora que le brinda, no hace falta más.
En cuanto al reparto femenino me llama la atención que tanto Amparo Muñoz como Ágata Lys (memorable en la irregular 'Taxi', no obstante película con momentos cumbre) no hicieron apenas cine significativo, de calidad, a pesar de mostrarse aquí como unas actrices excelentes y convincentes, con personajes de carácter duro que son una delicia de contemplar. Encasilladas como integrantes del bobo cine de destape, cuando eso se acabó y fueron cumpliendo años apenas nadie las quiso dar trabajo decente a pesar de su madura belleza y dotes artísticas para este trabajo.
Concluyendo, cine excitante, que desde la naturalidad y seriedad, arranca carcajadas más sonoras que buena parte del cine que se idea, en teoría, para hacer reír.