Que ahí es donde parece que Argento saca toda su artillería y tira la casa por la ventana derrochando efectos especiales y la cosa se anima un poco. Porque vamos, hasta entonces nada de nada ni ningún susto ni nada que llame la atención. Porque está claro que pasar, ahí pasa algo pero la trama, como viene siendo habitual en este perturbado realizador es un infumable delirio que echa por tierra cualquier posible amago de suspense. Es insustancial y lo único que se aprecia es el regodeo del realizador en el sufrimiento de los personajes indefensos a raíz de las bárbaras torturas que les inflingen seres de naturaleza aberrante. ¿Jessica Harper buena interpretación? Parecer traumatizada y con cara de no haber roto un plato en su vida no es para tanto. La estética... como bien pone en una crítica que me ha hecho gracia, por mucho que Argento se empeñe un internado de colegialas no es un puticlub, por lo que tanto la tenue iluminación rojiza así como los decorados coloristas están fuera de lugar. Y sí, también es aburrida. Si es que yo no sé por qué no pongo el 1...