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España España · Málaga
Voto de Kaori:
5
Acción. Fantástico Nacido durante la Gran Depresión (años 30), Steve Rogers creció como un chico enclenque en una familia pobre. Horrorizado por las noticias que llegaban de Europa sobre los nazis, decidió enrolarse en el ejército; sin embargo, debido a su precaria salud, fue rechazado una y otra vez. Enternecido por sus súplicas, el General Chester Phillips le ofreció la oportunidad de participar en un experimento especial: la "Operación Renacimiento". ... [+]
18 de febrero de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues este creo que es uno de los pocos superhéroes que me quedaban por conocer, así que allá vamos.

Capitán América es, nos dicen, el primer Vengador, que a mí es como decirme que es rubio o se llama Steve Rogers. Es decir, que no me importa gran cosa y no le encuentro especial relevancia para esta trama concreta. El caso es que Steve es un muchacho escuálido y enfermizo (fenomenales los efectos especiales para crear un Chris Evans delgaducho) que siente la necesidad de luchar contra el Nazismo y defender a su patria en la tan socorrida Segunda Guerra Mundial. Se trata, por encima de todo, de un hombre bueno, y esto es lo que más caracteriza al Capitán América: su nobleza y honestidad. El suero este que lo convierte en supersoldado se limita a potenciar lo que hay dentro de uno mismo, ya sea bueno o sea malo, y por eso Steve Rogers es el elegido: porque en su interior ya había un héroe aun antes de ser el más fuerte o el más alto. El Capitán América cae bien porque es un hombre sencillo con las ideas claras, un hombre que quiere hacer el bien.

El Capitán es muy majo, pero mi verdadero interés reside en su amigo Bucky porque lo interpreta el muy guapo Sebastian Stan, uno de esos actores a quien hay que ir cazando al vuelo en pequeños papeles que te vas encontrando sin que uno se lo espere. Yo no me esperaba que saliese en «Capitán América», así que nada más verlo aparecer hace que ya empieces a mirar la película con otra motivación... que más pronto que tarde desaparece, no vamos a engañarnos. Una historia sin intriga, con escaso ritmo y un malo ramplón del que podemos decir como mérito que es aún más malvado que el propio Hitler, que es el villano de los villanos de la historia conocida. Mientras se enfrentan o no, nos van contando la vida de Steve como supersoldado y su idilio con Peggy; pero, la verdad, por mucho que me esfuerce no le encuentro sentido a la evolución de los acontecimientos: una vez el experimento tiene éxito, ¿qué narices pasa con el Capitán? Parece que a nadie le importa lo más mínimo, ni sus poderes, ni sus capacidades, ni la ayuda que pueda prestar, ni los posibles efectos secundarios, ni nada de nada. Por no importarle, no le importa ni a él, que debería intentar conocerse a sí mismo antes de entrar en batalla. En fin, que el ejército le da una palmadita en la espalda y hasta la vista, guapo.

Luego ocurrirá algo en un tren que me mosqueará bastante, por mucho que ya estuviese preparada para ello. Del final solo diré que es un punto y seguido.

Te necesitamos, Capitán. Pero vuelve con más ganas.
Kaori
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