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España España · Málaga
Voto de Kaori:
3
Thriller. Intriga La memoria de Leonard, un investigador de una agencia de seguros, está irreversiblemente dañada debido a un golpe sufrido en la cabeza cuando intentaba evitar el asesinato de su mujer: éste es el último hecho que recuerda del pasado. La memoria reciente la ha perdido: los hechos cotidianos desaparecen de su mente en unos minutos. Así pues, para investigar e intentar vengar el asesinato de su esposa tiene que recurrir a la ayuda de una ... [+]
18 de mayo de 2014
12 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si algo hay que reconocer a Christopher Nolan es que tiene un estilo propio a la hora de abordar los temas que trata: sus películas se caracterizan por cierta tendencia hacia lo pretencioso. Los recuerdos, la amnesia y la memoria son, efectivamente, elementos sobre los que construir una buena y bonita historia que permita reflexión y entretenimiento. Que se lo digan si no al genio Jorge Luis Borges y su genial «Funes el memorioso». Salvando todas las distancias con «Memento», desde luego.

Antes que nada, decir que este trabajo de Nolan no debe tomarse como algo excesivamente serio, ni tampoco lógico. Es decir, si se hubiera buscado ser lógico y serio, nunca en la vida hubieran decidido que el protagonista utilizara tatuajes en su piel para apuntar lo que no quiere olvidar. Absurdo. Queda bonito, sí, queda cool, si se me permite la expresión, pero es absurdo desde todos los puntos de vista. Además, tatuajes desordenados que, teniendo en cuenta su desmemoria, no sería capaz de reconstruir. El colmo es leer esas frasecitas de autoayuda tan útiles y precisas sobre algo de una fuente o no sé qué de la fragilidad. Guy Pierce está fantástico y luce cuerpazo, que a lo mejor de eso se trata, pero su Leonard es un tipo que ni fu ni fa, y se me apuras hasta desagradable una vez descubierto el misterio. O los misterios.

La dirección es altamente original y razonable, pero no efectiva. Nolan fracasa al querer hacernos partícipes de la angustia del protagonista. Principalmente porque el propio Leonard en ningún momento se siente angustiado; obsérvese que, aparezca donde aparezca, esté haciendo lo que esté haciendo cuando pierde la memoria, actúa con toda frialdad, como si estuviese acostumbrado y no le importase nada. Por ejemplo, el momento botella de güisqui en un lavabo; lo más normal del mundo meterte en la ducha, claro que sí. Me pregunto, por otra parte, si esta conciencia que tiene él sería así realmente, ya que tampoco debería acordarse de que no se acuerda de su vida... imagino. El guión tiene algunos elementos de distracción que no ayudan: la calamitosa voz en off que suena ridícula o los cortes en blanco y negro explicando una trama propia. Por supuesto, hay fallos descarados, como la nula información sobre cuánto duran los recuerdos nuevos de Leonard, dato que no pueden darnos para así poder escribir la historia como les de la gana y les convenga sin pensar en la coherencia.

Un thriller distinto y amoral sin ninguna fuerza ni ideas capaces que le sustenten. Vistoso, pero intrascendente.
Kaori
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