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España España · Málaga
Voto de Kaori:
8
Drama Martín, hijo de un caballero español y de una mulata panameña, nace en Lima en 1579. Con su padre, ya gobernador de Guayaquil, y un futuro prometedor a su alcance, decide entrar en el convento de Santo Domingo. Allí se convierte en 'Fray Escoba', apodo que recibe por su obsesión de barrer y barrer sin descanso, mientras ríe feliz. Pasan los años y, con asombro, Martín descubre como Dios se vale de él para hacer milagros mientras su fama ... [+]
11 de octubre de 2014
18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un clásico del cine religioso de nuestro país y, en mi opinión, uno de los mejores referentes a nivel internacional. Profundamente bella y elevada, «Fray Escoba» es una de esas películas con las que te sientes reconfortado al mismo tiempo que te sermonea desde una propuesta católica a reivindicar.

Esto del sermón, que puede sonar muy malo, es algo buenísimo: es la aspiración de que seamos siempre mejores de lo que somos, idea al parecer sencilla pero tan sublime y grandiosa que según una teoría personal mía es causa directa del desprecio que los seres humanos demostramos hacia la fe. Tener un Dios que te señala tus debilidades para que las enmiendes, que te empuja constantemente a llegar «hasta donde debes» y que te incita a amar sin condiciones ni limitaciones a todo el mundo, es para sentirse presionado. Por lo tanto, es mucho más fácil taparse los oídos y hacer lo que nos de la gana, además creyendo que lo sabemos todo y que somos lo bastante buenos y justos. Con «Fray Escoba» veremos que no es así.

Claro, a que a mi me cuesta comprender que a alguien, independientemente de creencias religiosas, no esté de acuerdo con el ideario moral y humanista que la obra refleja a través de la figura de Martín de Porras, cuyas dotes místicas y milagrosas sin duda han sido exacerbadas. No importa, es lo de menos. Aquí prima la nobleza del alma, la gloriosa humildad del Hombre, el sacrificio a los otros, el amor infinito, la bondad sin bobería y la inquebrantable esperanza en el mañana, en ese sol que ha de salir para disipar las tinieblas. Atención a los diálogos y observaciones de los personajes, porque absolutamente de todos ellos sacaremos una maravillosa enseñanza, para mi de lo más logrado del guión.

Reconozco que esta película me emociona demasiado y me hace llorar como una Magdalena. Sentida e inolvidable, acércate a ella sin prejuicios. De la escoba a la eternidad.
Kaori
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