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Voto de zaporowsky:
3
5,7
1.426
Drama
Mina, una actriz india de éxito, no puede olvidar a su hermana pequeña Sita, de quien fue separada a la fuerza después de la muerte de su madre. Treinta años después, se entera de que Sita está bien y vive en Barcelona. Ahora se llama Paula, es bióloga y no tiene ningún recuerdo del su pasado. Paula emprenderá el viaje de descubrimiento de su verdadera identidad con la ayuda de Prakash, un atractivo inmigrante indio que vende películas ... [+]
25 de abril de 2017
14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
No puede ser lo que se ve. Falla la idea principal, falla el casting y falla rotundamente el guión.
Mal las actrices principales, especialmente la muy sosa Aina Clotet, igualmente Subodh Maskara es plano y aburrido y solamente se salva Godeliv Van den Brandt, siempre hay aire fresco en sus escenas. La niña, bien también.
Si con estas películas se pretende mostrar las bondades del feminismo, apañados/as vamos. Y lo digo por María y Anna, directora y guionista.
Mal las actrices principales, especialmente la muy sosa Aina Clotet, igualmente Subodh Maskara es plano y aburrido y solamente se salva Godeliv Van den Brandt, siempre hay aire fresco en sus escenas. La niña, bien también.
Si con estas películas se pretende mostrar las bondades del feminismo, apañados/as vamos. Y lo digo por María y Anna, directora y guionista.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
India, primera parte de la historia: Bien. Vemos cómo son separadas dos hermanas HINDÚES, hijas y nietas de hindúes. De tez cobriza y rasgos HINDÚES claros.
Barcelona, segunda parte. Ahora resulta que una de las hermanas es una catalana de cuna. De rasgos completamente europeos y sin un atisbo de mezcla racial.
¿Me lo explican?
Imaginen que en vez de hindúes, decimos japoneses. Dos niñas japonesas son separadas en su infancia, una sigue en Japón y 25 años más tarde consigue reunirse con su hermana que es una catalana, española, europea de lo más clásico. Normal que se extrañe y sorprenda de tener una hermana japonesa y de saber que todos sus ancestros son de esa misma raza.
La catalana se enfada porque sus padres adoptivos no le han contado nada y nunca sospechó sus orígenes.. ¡Claro! ¡Como que tenía la tez igualita que ellos!
Y ese es el problema. Si la niña al nacer hubiera sido blanca, entonces de mayor podría pasar por catalana y sus padres adoptivos podrían pasar por ser los biológicos. Pero si la directora María Ripoll, si la guionista Anna Soler-Pont, nos muestran a una niña hindú luego no pueden pretender que la actriz Aina Clotet sea esa misma persona ¡Porque son de razas diferentes!
Y eso tira toda la película por la borda. Si la niña es negra al nacer, negra será cuando tenga 30 tacos. Ni MIchael Jackson lo consiguió. El problema se podría haber arreglado desde el guión, soluciones hay, pero una persona al crecer no cambia de raza. Y si nadie lo dice, si en Filmaffinity o tus amigos, te regalan los oidos, habrá más disparates como el de esta película que es un despropósito.
No he leído el libro pero puesto que la guionista de la película sea la autora de ambos me lleva a pensar que el libro es igual de absurdo.
No, no es una buena película, para eso es necesario un buen guión.
Barcelona, segunda parte. Ahora resulta que una de las hermanas es una catalana de cuna. De rasgos completamente europeos y sin un atisbo de mezcla racial.
¿Me lo explican?
Imaginen que en vez de hindúes, decimos japoneses. Dos niñas japonesas son separadas en su infancia, una sigue en Japón y 25 años más tarde consigue reunirse con su hermana que es una catalana, española, europea de lo más clásico. Normal que se extrañe y sorprenda de tener una hermana japonesa y de saber que todos sus ancestros son de esa misma raza.
La catalana se enfada porque sus padres adoptivos no le han contado nada y nunca sospechó sus orígenes.. ¡Claro! ¡Como que tenía la tez igualita que ellos!
Y ese es el problema. Si la niña al nacer hubiera sido blanca, entonces de mayor podría pasar por catalana y sus padres adoptivos podrían pasar por ser los biológicos. Pero si la directora María Ripoll, si la guionista Anna Soler-Pont, nos muestran a una niña hindú luego no pueden pretender que la actriz Aina Clotet sea esa misma persona ¡Porque son de razas diferentes!
Y eso tira toda la película por la borda. Si la niña es negra al nacer, negra será cuando tenga 30 tacos. Ni MIchael Jackson lo consiguió. El problema se podría haber arreglado desde el guión, soluciones hay, pero una persona al crecer no cambia de raza. Y si nadie lo dice, si en Filmaffinity o tus amigos, te regalan los oidos, habrá más disparates como el de esta película que es un despropósito.
No he leído el libro pero puesto que la guionista de la película sea la autora de ambos me lleva a pensar que el libro es igual de absurdo.
No, no es una buena película, para eso es necesario un buen guión.