Continuación de las desventuras del idealista Kaji, esta vez metido de lleno en el ejército y, por lo tanto, en plena guerra.

De nuevo, se tratan temas con una sinceridad estremecedora y una realidad que no te importa lo maniqueo de los personajes (todos los veteranos son unos cabrones, y los reclutas son en casi todo momento unos buenazos inocentones). Aquí tenemos una instrucción militar que en ocasiones recuerda un poco a "La chaqueta metálica" (o al revés, o lo que sea), en la que los más veteranos, con el ego por las nubes, se dedican a abusar de los más novatos, con tal de mantener el respeto bien alto, a pesar de ir destrozando la personalidad de otros. La disciplina férrea, que también destruye al individuo, y lo lleva poco a poco a la autodestrucción. Y la amistad, por supuesto, entre personas de la misma clase, que en ocasiones algunos ven traicionada cuando es por su bien, que esperan que todo se lo hagan otros, y ellos nunca tengan que poner una mejilla, ni obrar en consecuencia, o ayudar al prójimo.

Sigue siendo larga de la leche (eso sí, algo menos que su predecesora), pero esta vez, para mantener la atención del espectador, además de la vejación a la que se ven sometidos unos cuantos, incluye una escena bélica que, si bien no es maravillosa, está bastante bien realizada, más aún considerando el año de la peli. Sin embargo, esa escena se hace de rogar durante todo el metraje anterior, en el que, de cuando en cuando, al igual que ocurría con la primera parte, hay momentos de verdad interesantes, junto a otros de bastante aburrimiento, sobretodo en los que quieren mostrar más acción, que resultan un poco abominables. Eso sí, la banda sonora es bastante superior, ya no parece sacada de un filme de bichos gigantes. La evolución del personaje de Kaji, que no tiene más remedio que explotar con tanta crudeza, las actitudes del resto de los personajes, y algunos momentos la mar de simpáticos, mejoran ampliamente en lo que a captar la atención del espectador se refiere.

Por lo tanto, se aprecia una mejoría en la totalidad del filme, gracias a que se consigue alcanzar mejor la atracción, el acercamiento al espectador, y el ladrillo se va disolviendo en un hipnotismo.