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Voto de Anibal Ricci:
10
Ciencia ficción. Acción Noviembre de 2019. A principios del siglo XXI, la poderosa Tyrell Corporation creó, gracias a los avances de la ingeniería genética, un robot llamado Nexus 6, un ser virtualmente idéntico al hombre pero superior a él en fuerza y agilidad, al que se dio el nombre de Replicante. Estos robots trabajaban como esclavos en las colonias exteriores de la Tierra. Después de la sangrienta rebelión de un equipo de Nexus-6, los Replicantes fueron ... [+]
4 de septiembre de 2014
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
La novela de Philip K. Dick, Do Androids Dream of Electric Sheep? (1968) se sublima en la versión cinematográfica de Ridley Scott. El último diálogo concluye a la perfección dos historias: cine negro futurista, y romance hilvanado en puntos de vistas diferentes, el replicante (Rachael) y el humano (Rick Deckard), condensados en palabras simples:

- Me quieres.
- Te quiero.
- Confías en mí.
- Confío.

El amor y la confianza son la respuesta perfecta a las interrogantes de todos, las de Deckard por cierto, aunque también es satisfactoria para la replicante. La respuesta a las mismas preguntas de toda creación:

-¿De dónde vengo?
-¿A dónde voy?
-¿Cuánto tiempo me queda?

Deckard (Harrison Ford) no entiende por qué los replicantes (proscritos en el planeta) se arriesgan con volver a La Tierra. Quieren conocer a su creador, simplemente extender sus vidas extraordinarias. Se aferran al pasado y a los recuerdos con que sus creadores los controlan: “Es toda una experiencia vivir con miedo”.

–¿Nunca has muerto a un ser humano por error?–. Le pregunta Rachael a Deckard.

–¿Te has hecho el test de empatía a ti mismo?–. Lo vuelve a interrogar más adelante.

La respuesta del film es que somos creaturas, y lo que cada uno experimenta es mágico.

–Goza de tu tiempo– le responde el doctor Tyrell (creador) a Roy (Rutger Hauer), el jefe de la insurrección replicante.

Cuando Deckard mata a Pris (Daryl Hannah), la compañera de Roy, el replicante llora de verdad y siente deseos de venganza. Sabe que su ciclo está terminando y, se entierra un clavo en la mano para seguir sintiendo dolor.

Antes de desaparecer, Roy perdona a Deckard: “Todos estos momentos se perderán… como lágrimas en la lluvia.” En esos últimos segundos amó la vida más que nunca… no solo la suya, sino también la de todos.

“Blade Runner” es una gran película de ciencia ficción, que antepone lo humano antes que los efectos especiales o los neones de un futuro cercano.
Anibal Ricci
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