Obra maestra indiscutible del gran Joseph L. Mankiewickz, “De repente en verano” -basada en la obra teatral homónima del prolífico y talentoso Tennessee Williams- es una de las películas más hermosas y a la vez más sórdidas que el cine haya podido dar, consiguiendo un equilibrio difícil de creer pero logrado con la buena dirección y un guión que contiene una serie de temas aún hoy muy controvertidos y hasta tabúes, pero que en ningún momento le desmerece logros, mas bien no hace sino sumarle puntos a este excelente y memorable film.


Las actuaciones son el otro gran plato fuerte de la película: si alguien creía que nadie podría igualársele a la campeona del Oscar la gran Katharine Hepburn (que ofrece acá una performance inmejorable), debería ver a Elizabeth Taylor que como Cathy nos demuestra porque desde entonces es considerada una de las mejores actrices de la historia, ambas se baten en un duelo actoral memorable en varias escenas. Junto a ellas Clift compone un correcto Dr. Cukrowicz. Completan el reparto Mercedes McCambridge, Albert Dekker y Gary Raymond.

Totalmente adelantada a su época y con un clímax difícil de olvidar, este es una de esas películas que todo aquel que se jacta de ser cinéfilo no debe dejar de ver. Sencillamente, excelente.