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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
5
Comedia. Aventuras Gustave H. (Ralph Fiennes), un legendario conserje de un famoso hotel europeo de entreguerras, entabla amistad con Zero Moustafa (Tony Revolori), un joven empleado al que convierte en su protegido. La historia trata sobre el robo y la recuperación de una pintura renacentista de valor incalculable y sobre la batalla que enfrenta a los miembros de una familia por una inmensa fortuna. Como telón de fondo, los levantamientos que ... [+]
17 de junio de 2014
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Wes Anderson es un autor. Pocos creadores de cine merecen esa palabra con tanta rotundidad y exactitud como este director americano. Pocos casos hay en los que la rúbrica sea tan personal e inimitable, tan clara y evidente. Sus películas son mundos con sus propias reglas, universos cerrados totalmente dominados por un Dios único y absoluto. Tiene el control total y deja su sello en todo; lo mismo la imagen que el verbo, la fotografía que el guion, desde el color al ritmo, tanto la música como los diálogos; nada queda al azar, todo es asfixiantemente adecuado, coherente y preciso. Pero todo exceso tiene su amenaza, su posible defecto, tanto talento, una inteligencia tan insolente y abrumadora, corre un riesgo, morir de éxito, el peligro de la perfección, ser un nuevo Narciso que extasiado ante su propia imagen se confunda y caiga. Tanta genialidad debe ser controlada, moderada y puesta a prueba, cuestionada incluso; debería suceder como en el famoso caso de los romanos victoriosos de la antigüedad cuando hacían su entrada triunfal en Roma y eran advertidos de su segura muerte (por si tanta euforia y parabién les atontaba; la mesura casi siempre vale); debería taparse los oídos y renunciar a los seguros, constantes y merecidos elogios; quizás debería probar otras sendas, otras vidas (artísticas) posibles; huir de la inevitable tentación del regodeo, el ensimismamiento y la molicie autorreferencial y satisfecha. No sería el primer caso, ni el último, que sufre esta enfermedad tan dañina y muere en el intento. En todo caso, no sé si esta película es la que marca su posible vicio, su tendencia a la repetición y el autobombo; podría ser, podría suceder que la luz que todavía deslumbra pertenezca a una estrella desaparecida y que los destellos sean solo espejismos. No seré yo el que le ponga la fecha de caducidad, otros más sabios lo harán, yo solo intuyo la emboscada y lo digo.
La película: empieza, como siempre, a lo grande, con un triple salto mortal/temporal, con un libro, un escritor y un hotel. Nos metemos de lleno en la maravilla y el ingenio; en las casas de juguetes, el ritmo frenético, el sentido del humor elegante y los personajes solitarios y extravagantes. Es imposible no caer rendido e inevitable la fascinación admirada.
El tema: el mundo de entreguerras, la muerte de un Imperio (tema central de la cultura europea sobre el que escribieron grandes escritores: dese Musil o Broch hasta Kusniewicz o Schnitzler; de Joseph Roth hasta Brecht, Canetti...; una época de increíble explosión cultural); un asunto inconmensurable y monstruoso que Anderson lleva a su terreno; a sus miniaturas y agudezas, al pastiche y la broma.
El problema: la historia desfallece a la mitad; muere de forma y barroquismo, los personajes no tienen peso y la trama es demasiado lánguida, solo está Anderson y lo demás nada o casi nada. Sigue todo lo bueno, pero pasado el hipnotismo primero ya no encandila, lo aprecias pero no emociona, lo ves con arrobo pero no te llega; se impone lo más infantil y banal; hay ingenio pero ha desparecido el sentido, solo queda el malabarismo estéril. Así, desfalleciendo, jibarizándose, hasta el final.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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