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Voto de Ferdydurke:
5
6,5
35.601
Thriller. Acción. Drama
Año 1987. La ciudad de Sevilla se prepara para acoger la Expo del 92. Ángel (Mario Casas), un joven inteligente y ambicioso, aspira a ser inspector de policía, y entró en el cuerpo intentando respetar la ley. Rafael (Antonio de la Torre), en cambio, es un policía expeditivo, contundente y arrogante. Junto con Miguel (José Manuel Poga) y Mateo (Joaquín Núñez) forman el Grupo 7, un conjunto de policías sin escrúpulos, dispuestos a todo ... [+]
9 de mayo de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy entretenido e intenso maratón por las calles de Sevilla que me maravilla a finales de los ochenta. Cuatro personajes y mucha droga; cuatro policías y todo corrupción.
Una solemnidad y ambición sostenidas a duras penas por unas interpretaciones limitadas y una trama cogida por los pelos.
Se pretende juntar la "reflexión" histórica (el auge español en aquellos años del socialismo de González y Guerra; aquella especulación salvaje y cambio de cara; tantos eventos y progreso, tanto pelotazo y nuevo rico..., aquellos polvos y estos lodos) con el thriller funcional, de alma norteamericana pero de formas europeas, con la seriedad yanqui pero rebajada la espectacularidad, intentando ser algo más cercanos y sinceros.
No es buena la elección de Casas para ese personaje, no es creíble (ni expresa bien con la voz, vocaliza mal, ni con el gesto, tiende a la mirada al suelo y la cara crispada, interpreta como si debiera mucho dinero, huyendo, escapando, escurriéndose, justo lo contrario de lo que debería ser un actor, no tiene ni la personalidad ni la experiencia necesarias), se hubiera requerido un actor más curtido y expresivo, a él hubiera sido mejor darle un secundario. Tampoco aciertan con el personaje de Antonio de la Torre, una misma idea y una misma cara de palo toda la función; este es un actor más capaz, por lo que quizás la responsabilidad sea del guion o sobre todo la dirección. A los dos personajes les faltan matices, recorrido, complejidad. Se quedan en esbozo. Y los otros dos son de acompañamiento; el "gordo" es más brillante que el compañero, que es un personaje casi de relleno.
Y la narración empieza con mucha fuerza (gran persecución inicial), pero va cayendo a medida que avanza. Es todo muy esquemático, muy rígido y envarado. Le falta evolución y desarrollo. Parece una suma de fotos fijas, de escenas crudas pero sin relación, sin alma. El conjunto es poderoso pero vacío, pequeño finalmente. Inteligente pero fallido.
Una solemnidad y ambición sostenidas a duras penas por unas interpretaciones limitadas y una trama cogida por los pelos.
Se pretende juntar la "reflexión" histórica (el auge español en aquellos años del socialismo de González y Guerra; aquella especulación salvaje y cambio de cara; tantos eventos y progreso, tanto pelotazo y nuevo rico..., aquellos polvos y estos lodos) con el thriller funcional, de alma norteamericana pero de formas europeas, con la seriedad yanqui pero rebajada la espectacularidad, intentando ser algo más cercanos y sinceros.
No es buena la elección de Casas para ese personaje, no es creíble (ni expresa bien con la voz, vocaliza mal, ni con el gesto, tiende a la mirada al suelo y la cara crispada, interpreta como si debiera mucho dinero, huyendo, escapando, escurriéndose, justo lo contrario de lo que debería ser un actor, no tiene ni la personalidad ni la experiencia necesarias), se hubiera requerido un actor más curtido y expresivo, a él hubiera sido mejor darle un secundario. Tampoco aciertan con el personaje de Antonio de la Torre, una misma idea y una misma cara de palo toda la función; este es un actor más capaz, por lo que quizás la responsabilidad sea del guion o sobre todo la dirección. A los dos personajes les faltan matices, recorrido, complejidad. Se quedan en esbozo. Y los otros dos son de acompañamiento; el "gordo" es más brillante que el compañero, que es un personaje casi de relleno.
Y la narración empieza con mucha fuerza (gran persecución inicial), pero va cayendo a medida que avanza. Es todo muy esquemático, muy rígido y envarado. Le falta evolución y desarrollo. Parece una suma de fotos fijas, de escenas crudas pero sin relación, sin alma. El conjunto es poderoso pero vacío, pequeño finalmente. Inteligente pero fallido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El epílogo está bien. Muy subrayado pero correcto.
P.D. : Hombre, lo del malo y las mil y un palizas que le dan para aparecer como si nada al final... No sé, una vendita, un poco de mercromina (la reina de las heridas, injustamente olvidada), una muletita, unos puntos mal puestos, una triste cicatriz, algo, por favor. Pues no, sano y bravo como un toro de lidia, lúcido y solvente como un funcionario con sus días de asuntos propios. En fin. Y así pasa un poco con todo. Lo que se cuenta en un momento dado, ahí queda, luego ya se verá qué se hace con ello, si se retoma, olvida, reinventa, cambia, todo como al azar, Baltasar, dejado a la improvisación y con la, supongo, esperanza de que el buen y sesudo espectador ya proveerá, ya se le ocurrirá una explicación/justificación que una tanto cabo suelto, o mal cosido, que suture tanto trozo unido sin demasiado fuste, confiando en que la vaga idea general sirva como argamasa para unos materiales dejados de la mano de Dios, arrojados al frío vacío sin un criterio que les dé sentido, abandonados con pereza fullera a la nada. Una pena.
P.D. : Hombre, lo del malo y las mil y un palizas que le dan para aparecer como si nada al final... No sé, una vendita, un poco de mercromina (la reina de las heridas, injustamente olvidada), una muletita, unos puntos mal puestos, una triste cicatriz, algo, por favor. Pues no, sano y bravo como un toro de lidia, lúcido y solvente como un funcionario con sus días de asuntos propios. En fin. Y así pasa un poco con todo. Lo que se cuenta en un momento dado, ahí queda, luego ya se verá qué se hace con ello, si se retoma, olvida, reinventa, cambia, todo como al azar, Baltasar, dejado a la improvisación y con la, supongo, esperanza de que el buen y sesudo espectador ya proveerá, ya se le ocurrirá una explicación/justificación que una tanto cabo suelto, o mal cosido, que suture tanto trozo unido sin demasiado fuste, confiando en que la vaga idea general sirva como argamasa para unos materiales dejados de la mano de Dios, arrojados al frío vacío sin un criterio que les dé sentido, abandonados con pereza fullera a la nada. Una pena.