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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
7
Aventuras. Acción. Drama Mientras los 1.500 pasajeros del Poseidón, un lujoso trasatlántico que navega de Estados Unidos a Europa, celebran la Nochevieja, estalla una feroz tormenta y una enorme ola transforma el placentero viaje en una catástrofe que puede acabar con la vida de todos los pasajeros. (FILMAFFINITY)
17 de junio de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupenda película de aventuras y supervivencia.
Robusta, eficaz y lograda. Con inevitables concesiones, tonterías, sensiblerías y rellenos varios, pero exultante, preñada de vigor narrativo, ideas fuertes, contundencia y poder.
Es como un vía crucis liderado por un reverendo satánico, poco más o menos.
Él es el Personaje; nos lo presentan rápido, van al grano; su tesis es sencilla y clara, sin rodeos ni timideces: Dios no quiere pasividad o debilidad, nos desea valientes y decididos; o lo que es lo mismo: si esperas a que Dios te ayude estás perdido o aviado ("fíate de la Virgen y no corras" diría la versión popular, escéptica y humorística); Dios eres tú, Dios es tu mejor parte, la voluntad, la inteligencia, el ansia viva de supervivencia, el amor, la lucha, la pelea, equivale a no rendirse nunca y, por supuesto, a la solidaridad y la comunión entre iguales, sería, por qué no decirlo, un cura Nietzscheano, un "superhombre" repleto de "voluntad de poder" que desprecia, abomina, la religión entendida como suma infame de hombres borregos, pacientes y cobardes, siempre a la espera eterna y timorata de que alguien actúe por ellos y así les salve el culo, amedrentados por el temor a Dios, incapaces de pensar por sí mismos, medrosos y asustadizos, conservadores y milagreros, cerriles e irracionales. Sería, también, un Prometeo moderno que porta y lleva el fuego sagrado a sus compañeros de desgracia, dándoles de ese buen modo esperanza y luz, razón y valor, criterio y honor; enfrentándose al destino a cara de perro, sin hincar nunca la rodilla, rebelándose con orgullo voraz, cuasi luciferino, pura ira encarnada en carcasa tan crispada y humana.
La trama es sencilla: gerifalte mezquino, miserable a manos llenas, obliga a forzar la velocidad a barco marchito. Poseidón se llama el trasatlántico maldito y Poseidón, el Dios de las aguas y de todos los mares conocidos y por conocer, se da por aludido, observa el gran desaguisado y decide hacerse cargo, tomar cartas en el asunto; reclama sangre, está muy ofendido, sacrificios humanos que le honren y calmen, que el inmenso cabreo le quiten, que le compensen de tener que contemplar, por enésima vez, el pavoroso y calamitoso espectáculo de la codicia y la negligencia, de la frivolidad y la insuperable estupidez del hombre, por lo que les manda una ola asesina, bíblica, bárbara, que viene con hambre atrasada, y les hunde el puto barco, pero les da unas horas de tiempo; a ver qué hacen o inventan, cómo se las ingenian para entretenerle.
Y Hackman, el héroe mitológico, lo tiene claro: ascender, subir, asaltar los cielos, elevarse desde el fango, alzarse del suelo; la mayoría mansa, en cambio, prefiere optar por la dilación ramplona y cagona, por contemporizar y hacer bulto, por matar el tiempo y celebrar de paso un homenaje desesperado al seguidismo más pusilánime y embrutecedor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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