Probablemente el auténtico rebelde con causa fue el director Nicholas Ray que a sus 44 años ya contaba con un historial a tal efecto como para escribir un libro. La juventud de Ray a finales de los 20 y principios de los 30, tiempos duros trufados de alcohol y noches del hampa, harían de esta juventud post II Guerra Mundial en tiempos de bonanza económica un reflejo de la desorientación juvenil propia de la edad, indistinguible del estatus social y más relacionada con la desintegración familiar, la falta de referentes en el propio hogar y el desapego en los lazos familiares endémico en la cultura norteamericana, una sociedad consumista repleta de cachivaches que supuestamente daban la felicidad hipotecando la vida real.

Ray acababa de regalarnos una joya inmortal atípica del  Western ("Jhonny Guitar" / 1954) y se había curtido en el noir con perlas como "En un lugar solitario" (1950), le faltaba un gran éxito comercial para que Hollywood le abriera sus puertas sin reticencias. Lo consiguió, al menos momentáneamente con esta historia propia titulada originalmente ""The Blind Run"  por la que recibió un Oscar, bajo las críticas posteriores de sus guionistas que declararon que el guión fue creado sobre la marcha con Ray y que nunca hubo un texto inicial escrito por él. Una de las muchas historias que acompañan a este señalado film y no necesariamente el mejor sobre la conflictiva juventud americana de la época, que sin embargo abrió las puertas al género como ya había hecho antes Ray con el subgénero "amor en la carretera".  Se ha escrito que James Dean controlaba los aspectos interpretativos de todo el reparto e improvisaba escenas como la de apertura, que la jovencita Natalie Wood de 16 años se lió con el entonces jovencito Dennis Hooper al mismo tiempo que con Ray, provocando tensiones entre ambos, que el propio director, bisexual, se lo montó con el también adolescente y debutante Sal Mineo...., en fin un Hollywood en estado puro que hoy le costaría la carrera a más de uno.

Cotilleos mitómanos aparte tanto La Wood como Mineo demostraron que tenían una carrera artística por delante prometedora, que a la postre y en desigual medida se frustró trágicamente en ambos (eso es otra historia) al igual que la de James Dean que también aportaba a su personaje una infancia traumática con abusos incluidos, revelados años después mediante una entrevista que concedió su amiga Elitabhet Taylor. Dean era un introvertido joven de 24 años (algo pasado de edad para el papel que interpreta) que venía del Actor Studio y su famoso "Metodo" donde Kazan ya le había echado el ojo y que acabó por consagrarse con esta cinta después de haber destacado en otras tan emblemáticas como "Al este del edén" y "Gigante" en ese mismo año y en el anterior.  El resultado fueron dos nominaciones al Oscar y un contrato por 900.000 dólares para 9 películas más que Dean no pudo cumplir ya que falleció en un accidente, rodeado como es menester de toda leyenda, de presagios y misterios. Ocurrió con su coche de carreras en una carretera convencional unos meses antes del estreno y su prematura muerte lo convirtió en un icono del estereotipo juvenil con su imagen explotada hasta la saciedad  de vaqueros, camiseta blanca y cazadora roja (colores de la bandera americana). Su interpretación en la cinta en la que se volcó, alterna grandes momentos con otros donde está algo pasado, pero Ray le dio libertad creativa absoluta.

Rodada inicialmente en blanco y negro, la fama de Dean, y el  auge del CinemaScope hicieron que se invirtiera y se volviera a rodar en color. Un color que Ray sabiamente supo utilizar de forma expresionista. El argumento y el tratamiento psicológico de sus personajes sobre todo de los padres deja bastante que desear y la censura del propio estudio rebajó considerablemente la propuesta mucho más arriesgada de Ray. en cuanto a  sexo y violencia. No obstante se insinúa los suficiente para que lo que no se dice o no se ve cobre casi más importancia que lo filmado. Ray se luce como director, (magistral la presentación y relación anticipada de los personajes al comienzo en la comisaria mediante el movimiento y la colocación de la cámara), el tratamiento ya dicho del color, la utilización de edificios y espacios... Es una pena sin embargo que el estudio sobre los problemas de estos jóvenes acabe cediendo el protagonismo a las escenas más "convencionales" finales donde el desarrollo es más que previsible.

Su título proviene del ensayo del Dr. Robert M. Lindner, sobre el hipnoanálisis de un criminal juvenil que se quiso llevar a la pantalla sin éxito y del que solo se salvo el título para esta película. En la toma final es el propio Ray quien rubrica el asunto al aparecer en solitario dirigiéndose al Planetario como si anticipara que la cinta permanecería inmortal en el imaginario colectivo para la posteridad.

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