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Voto de RandolphCarter:
9
8,0
158.240
Ciencia ficción. Thriller. Intriga. Acción
Dom Cobb (DiCaprio) es un experto en el arte de apropiarse, durante el sueño, de los secretos del subconsciente ajeno. La extraña habilidad de Cobb le ha convertido en un hombre muy cotizado en el mundo del espionaje, pero también lo ha condenado a ser un fugitivo y, por consiguiente, a renunciar a llevar una vida normal. Su única oportunidad para cambiar de vida será hacer exactamente lo contrario de lo que ha hecho siempre: la ... [+]
9 de agosto de 2010
28 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Perplejo me he quedado con este inclasificable tour de force onírico. Pasmado y avasallado por su complejidad estructural y formal, su concepción de la psique humana y su laberinto narrativo. Debe ser el film de arte y ensayo más caro de la historia, porque esto de blockbuster veraniego tiene lo que yo de monja. ¿Cuánto hacía que un film supuestamente comercial trataba al espectador de forma inteligente, sin concesiones a la galería? Pues tal vez desde “El caballero oscuro”. De esta manera se confirma Christopher Nolan como uno de los cineastas más interesantes del último Hollywood, junto con otros maestros incipientes como David Fincher.
“Origen” trata de… mejor no saberlo. Lo mejor es ir y ver esta historia de sabotaje neuronal lo más vírgenes posibles, con la mente abierta y despejada, pues va a requerir de toda vuestra atención para ser paladeada como merece por la cantidad de elementos que maneja: su concepción de inmersión en los diferentes niveles del subconsciente, la materia de la que están hechos los sueños, la naturaleza de las ideas, los simbolismos arquetípicos y un largo etc.
Nolan elabora un thriller de ciencia ficción que bebe de diferentes influencias científicas (con una concepción de lo onírico y la fase delta del sueño que parece abrazar la psicología analítica de Carl Jung), literarias (“Neuromante” de William Gibson, “Las ruinas circulares“ de Borges) y cinematográficas (“Matrix”, “Misión Imposible”, “Dark City”, “El truco final”...) creando un ecléctico y superlativo microcosmos con sus propias reglas y (i)limitaciones.
No es film de evasión para verse y ser olvidado al salir de la sala, sino que permanece días después dando vueltas en la memoria. Un ejercicio de monumental arquitectura cinematográfica multidimensional, fascinante e imprescindible para los amantes de la ciencia ficción; es muy pronto como para afirmarlo, pero posiblemente ha nacido un nuevo clásico referencial, un genial juego de Morfeo con muñecas rusas de un sueño dentro de otro sueño, dentro de otro sueño, dentro de otro sueño…
(Análisis del esqueleto básico de “Origen” en spoiler)
“Origen” trata de… mejor no saberlo. Lo mejor es ir y ver esta historia de sabotaje neuronal lo más vírgenes posibles, con la mente abierta y despejada, pues va a requerir de toda vuestra atención para ser paladeada como merece por la cantidad de elementos que maneja: su concepción de inmersión en los diferentes niveles del subconsciente, la materia de la que están hechos los sueños, la naturaleza de las ideas, los simbolismos arquetípicos y un largo etc.
Nolan elabora un thriller de ciencia ficción que bebe de diferentes influencias científicas (con una concepción de lo onírico y la fase delta del sueño que parece abrazar la psicología analítica de Carl Jung), literarias (“Neuromante” de William Gibson, “Las ruinas circulares“ de Borges) y cinematográficas (“Matrix”, “Misión Imposible”, “Dark City”, “El truco final”...) creando un ecléctico y superlativo microcosmos con sus propias reglas y (i)limitaciones.
No es film de evasión para verse y ser olvidado al salir de la sala, sino que permanece días después dando vueltas en la memoria. Un ejercicio de monumental arquitectura cinematográfica multidimensional, fascinante e imprescindible para los amantes de la ciencia ficción; es muy pronto como para afirmarlo, pero posiblemente ha nacido un nuevo clásico referencial, un genial juego de Morfeo con muñecas rusas de un sueño dentro de otro sueño, dentro de otro sueño, dentro de otro sueño…
(Análisis del esqueleto básico de “Origen” en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
A continuación, a grandes rasgos y obviando muchos detalles y desarrollos de personajes, explico mi visión de la dinámica básica en la que se desarrolla el puzzle de Nolan, del cual desgranar toda su riqueza y detalle sería asunto de muchas más páginas…
Esta es la historia de un sabotaje mental, al igual que films bélicos tipo “Los cañones de Navarone” donde un equipo de especialistas se dispone a penetrar en un territorio enemigo para bombardear un objetivo; este “Dream Team” hace lo propio pero dentro del territorio de la mente (dentro de la fase delta del sueño, la más profunda) del heredero de un imperio (Cillian Murphy), para implantarle una simple idea (bomba) en lo más hondo de su psique: renunciar a la herencia de su padre, para así impedir el desarrollo de un monopolio energético que desequilibraría el orden mundial. Para ello intentan llevar a cabo el rocambolesco proyecto “Origen”, descendiendo a través de los niveles del subconsciente de su víctima, pero claro, las cosas no son tan simples y la mente del líder del equipo Dom Cobb (Leonardo DiCaprio) lleva cierto bagaje que interferirá en la misión.
Y ese bagaje no es otro que la culpabilidad que acarrea por haber implantado mediante “Origen” una idea en la mente de su propia mujer (Marion Cotillard), con trágicos resultados. En el pasado, ambos compartieron un sueño dónde eran demiurgos felices que construían su propio mundo a su antojo. Volver a la insípida vida cotidiana tras esto es harto difícil para la mujer, por lo que él trata de devolverla a la realidad inyectándole la idea de tener que suicidarse dentro del sueño que ambos compartían para despertarse, ya que ella no quería salir del perfecto mundo onírico. El inesperado efecto (“las ideas son como virus") es que al despertar, la idea sigue arraigada independientemente del nivel de consciencia que uno esté, pues esta se aferra en lo más profundo de la psique, por lo que aún en el nivel real, ella sigue convencida de que es otro nivel de sueño y se suicida para poder despertarse. Esta culpabilidad se materializa en la proyección destructiva de la mente de Cobb de su propia mujer, que aparece constantemente para desmantelarlo todo como figura hostil.
A partir de estas premisas, el film es una alambicada sucesión de niveles dentro de niveles interdependientes entre sí, a modo de fichas de dominó en que si cae la primera, caen todas, en los que cada vez que se pasa a una fase de sueño más profunda, el tiempo se dilata y el peligro aumenta. Cada nivel se distingue por su clima, lapso temporal y ambientación (La furgoneta en la lluvia, el interior del hotel, el paraje nevado y la ciudad en ruinas), creando una diferenciación que ayuda a seguir la fascinante y enrevesada trama, cuyo final abierto con peonza ¿basculante? es la guinda que colma esta obra cumbre de la ciencia ficción.
Esta es la historia de un sabotaje mental, al igual que films bélicos tipo “Los cañones de Navarone” donde un equipo de especialistas se dispone a penetrar en un territorio enemigo para bombardear un objetivo; este “Dream Team” hace lo propio pero dentro del territorio de la mente (dentro de la fase delta del sueño, la más profunda) del heredero de un imperio (Cillian Murphy), para implantarle una simple idea (bomba) en lo más hondo de su psique: renunciar a la herencia de su padre, para así impedir el desarrollo de un monopolio energético que desequilibraría el orden mundial. Para ello intentan llevar a cabo el rocambolesco proyecto “Origen”, descendiendo a través de los niveles del subconsciente de su víctima, pero claro, las cosas no son tan simples y la mente del líder del equipo Dom Cobb (Leonardo DiCaprio) lleva cierto bagaje que interferirá en la misión.
Y ese bagaje no es otro que la culpabilidad que acarrea por haber implantado mediante “Origen” una idea en la mente de su propia mujer (Marion Cotillard), con trágicos resultados. En el pasado, ambos compartieron un sueño dónde eran demiurgos felices que construían su propio mundo a su antojo. Volver a la insípida vida cotidiana tras esto es harto difícil para la mujer, por lo que él trata de devolverla a la realidad inyectándole la idea de tener que suicidarse dentro del sueño que ambos compartían para despertarse, ya que ella no quería salir del perfecto mundo onírico. El inesperado efecto (“las ideas son como virus") es que al despertar, la idea sigue arraigada independientemente del nivel de consciencia que uno esté, pues esta se aferra en lo más profundo de la psique, por lo que aún en el nivel real, ella sigue convencida de que es otro nivel de sueño y se suicida para poder despertarse. Esta culpabilidad se materializa en la proyección destructiva de la mente de Cobb de su propia mujer, que aparece constantemente para desmantelarlo todo como figura hostil.
A partir de estas premisas, el film es una alambicada sucesión de niveles dentro de niveles interdependientes entre sí, a modo de fichas de dominó en que si cae la primera, caen todas, en los que cada vez que se pasa a una fase de sueño más profunda, el tiempo se dilata y el peligro aumenta. Cada nivel se distingue por su clima, lapso temporal y ambientación (La furgoneta en la lluvia, el interior del hotel, el paraje nevado y la ciudad en ruinas), creando una diferenciación que ayuda a seguir la fascinante y enrevesada trama, cuyo final abierto con peonza ¿basculante? es la guinda que colma esta obra cumbre de la ciencia ficción.