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España España · Somewhere over the rainbow
Voto de iñaki:
8
Drama París, principios de los años 70. Gilles, un joven estudiante de 18 años, está inmerso en la efervescencia política y creativa de la época, marcada por los recientes cambios sociales propiciados por el Mayo del 68. Como sus compañeros, se debate entre el compromiso radical y sus aspiraciones más personales. Los encuentros amorosos y los descubrimientos artísticos conducirán a Gilles y sus amigos primero a Italia, y posteriormente a ... [+]
26 de febrero de 2014
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La insatisfacción es consustancial al género humano. La inquietud es el estado natural de la juventud. A los jóvenes no suele gustarles el estado de cosas que les dejan sus adultos e intentan cambiarlo. Es la dinámica de las generaciones. Aquella generación posterior al 68 creía en la revolución, en la capacidad de la política para cambiar la vida. Incluso creía que la violencia era un medio legítimo contra el poder establecido. Nunca han coexistido tantos grupos terroristas en Europa.
También fue la generación del "haz el amor y no la guerra", la gran revolución incruenta. Convivieron la búsqueda de nuevas espiritualidades con el hedonismo más desenfrenado, mundos opuestos conectados por la experimentación con todo tipo de drogas. Todavía no había aparecido el SIDA. Fue una juventud paradigmática. Nos abrieron muchas puertas a los que vinimos detrás, que también aprendimos de sus errores. Aquella generación maduró y se hizo dolorosamente consciente del fracaso de la mayor parte de sus ideales.
Assayas retrata a aquella juventud con objetividad y nos retrotrae a aquella época en la que los jóvenes de clase media hablaban de política y no sabían hacia donde dirigir sus inquietudes. En cualquier generación, la desorientación es seña de identidad de la juventud. Y según va pasando el tiempo, te haces mayor, encuentras un hueco en esa sociedad que tanto detestabas, te das cuenta de que has tomado decisiones irreversibles. Assayas lo cuenta sin drama, empleando una suave ironía (la chica que llega a casa cargada con la compra, mientras los tres hombres de la casa hablan sobre el punto de vista adecuado para un cine revolucionario; el destino final del joven protagonista) y hasta un poco de poesía.
Aquella generación tuvo la ventaja de que se creyó en serio que podían cambiar (a mejor) el mundo y la vida. Ahora está más generalizada la sensación de que esto no hay quién lo cambie y que todo va a peor. Yo soy de los que piensa que cualquier tiempo pasado fue... sobre poco más o menos.
iñaki
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