Hay que ver con Jurassic Park, de clásico del cine comercial ha ido dando saltos por secuelas basura y en esta entrega se pone a la altura de cintas del estilo “MegaEscorpión vs MetalCaimán”, pero con un presupuesto elevado para los efectos especiales.

Como no puede ser de otra forma entre los subproductos argumentales a los que pertenece, los disparates se suceden y la película baila continuamente entre la diversión absurda y la vergüenza ajena. Pero dejando de lado las conexiones emocionales entre humanos y dinosaurios o las piruetas en tacones de aguja, que según tengas el día son cosas que te pueden hacer gracia o resultar ofensivas a tu inteligencia, lo realmente molesto es la sobrecarga de cgi de esta película. Puedo tragarme casi cualquier basura pero me es muy complicado cuando veo una película donde todo es tan artificial, tan irreal, tan claramente proyectado en una pared verde. Dinosaurios salidos de videojuego en movimientos imposibles, algunos atacando en una manada exagerada, sin dejar un hueco limpio del encuadre de una cámara que no deja de moverse, destrozando escenarios estrafalarios y absurdos poblados por tecnología futurista aún más irreal que el entorno que la rodea. Me encuentro ajeno a todo eso, soy incapaz de sumergirme en algo tan impersonal y prefabricado, tan falso y virtual. Han pasado más de 20 años desde la primera película y aquella resulta mucho más creíble a nivel visual, ofreciendo mejores efectos especiales. Es inaceptable. Está claro que la historia siempre va a peor, pero que también lo hagan los efectos cuando se cuenta con más presupuesto… menuda incompetencia.

Para mí, eso es lo peor. Incluso peor que la lamentable historia, que poco le falta para ser un intento de remake. Otra vez con el parque, otra vez algo sale mal y la cosa se desmadra, pero a lo exagerado: más gente, dinosaurios más grandes y más malos, más heridos y más de todo excepto de calidad. Los personajes van desde lo patético a lo incoherente y no faltan las escenas sacadas de contexto para meter algún chiste inútil que busca la carcajada rápida de la sala de cine. Y bueno, el momento con el T-Rex y el Velociraptor en plan “que amigos somos todos y que triste despedida” te deja sin palabras, solo puedes girar la cabeza inquieto para cerciorarte de que nadie te vea viendo esta puta mierda.

Vomitivo cine comercial que más que cine es un parque de atracciones para masas que solo buscan ver gruñir a un bicho grande mientras destruye cosas. Millones de años de evolución para esto.