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Voto de Vito Corleone:
9
8,1
188.452
Drama. Thriller
Un joven hastiado de su gris y monótona vida lucha contra el insomnio. En un viaje en avión conoce a un carismático vendedor de jabón que sostiene una teoría muy particular: el perfeccionismo es cosa de gentes débiles; sólo la autodestrucción hace que la vida merezca la pena. Ambos deciden entonces fundar un club secreto de lucha, donde poder descargar sus frustaciones y su ira, que tendrá un éxito arrollador. (FILMAFFINITY)
22 de junio de 2009
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Agobiado por una vida vacía cuyo único sentido es elegir el juego de muebles que le representan como persona, Jack sufre insomnio. La única forma de escapar de el es asistiendo a grupos de autoayuda, donde gente que realmente lo pasa mal, le hacen sentir mejor. Pero cuando descubre a una impostora como él en el grupo, Marla, vuelve a sufrirlo.
Un día conoce a Tyler en un avión y su vida cambia radicalmente. Tyler es todo un personaje: sabe fabricar bombas con jabón, no tiene prejuicios y ocupa una casa. Después de que su piso salte por los aires, Jack se muda con Tyler y empiezan a descargar su rabia a golpes en plena calle. Poco a poco, la gente va sumándose a esta extraña forma de catarsis y así se va formando el club de la lucha: seres frustrados que se sienten a gusto después de romper sus bonitos rostros.
En tanto, Marla sigue persiguiendo a Jack, y como éste se propone esquivarla, acaba liándose con Tyler. Pero Tyler también comenzará a esquivar a Marla, ya que los planes que tiene son por lo menos peligrosos: convertir el club de la lucha en algo más que una simple reunión de amigos...
A David Fincher le bastaron pocas películas para convertirse en un director controvertido. Y básicamente dos para adquirir la categoría de culto: "Seven" y la que nos ocupa. "Fight club" es, por lo menos, una propuesta original, tanto en el fondo como en la forma, y resulta sugerentemente subversiva. Fincher pone el dedo en la llaga en nuestra querida sociedad de consumo y el vacío existencial que esta genera. Los antihéroes no saben bien como luchar contra esto, aunque no tardarán en descubrirlo. La esquizofrenia y la frustración se convierten en ejes fundamentales del filme. Sin embargo, el tono no es dramático, sino mas bien reivindicativo e irónico.
El trio de actores principales no tiene desperdicio: la química entre lo que parece ser un grupo de colegas da forma a la película; parecería que se lo han pasado bien filmando. Edward Norton (el ingenuo Jack), Brad Pitt (el anárquico anarquista Tyler) y Helena Bonham Carter (la desconcertante Marla) desarrollan personajes estrambóticos, uno mas salido que el otro. Todos luchan por encontrar un sentido a sus vidas, al precio que sea, siempre al borde de la marginalidad y la locura, con ciertas dosis de humor negro.
"El club de la lucha" supuso en su momento una cierta ruptura con lo visto anteriormente. Lo raro es que no haya generado un fanatismo capaz de emular en la realidad lo que se ve en la película. Fresca, dinámica, violenta y contestataria, es de esas películas que no dejan indiferente, y siempre merecen un segundo visionado. Irreverente y gamberra, verborrágica y crítica, supone el primer film antiglobalización, como he oído a alguien, no recuerdo quién, catalogarla. Imperdible.
Un día conoce a Tyler en un avión y su vida cambia radicalmente. Tyler es todo un personaje: sabe fabricar bombas con jabón, no tiene prejuicios y ocupa una casa. Después de que su piso salte por los aires, Jack se muda con Tyler y empiezan a descargar su rabia a golpes en plena calle. Poco a poco, la gente va sumándose a esta extraña forma de catarsis y así se va formando el club de la lucha: seres frustrados que se sienten a gusto después de romper sus bonitos rostros.
En tanto, Marla sigue persiguiendo a Jack, y como éste se propone esquivarla, acaba liándose con Tyler. Pero Tyler también comenzará a esquivar a Marla, ya que los planes que tiene son por lo menos peligrosos: convertir el club de la lucha en algo más que una simple reunión de amigos...
A David Fincher le bastaron pocas películas para convertirse en un director controvertido. Y básicamente dos para adquirir la categoría de culto: "Seven" y la que nos ocupa. "Fight club" es, por lo menos, una propuesta original, tanto en el fondo como en la forma, y resulta sugerentemente subversiva. Fincher pone el dedo en la llaga en nuestra querida sociedad de consumo y el vacío existencial que esta genera. Los antihéroes no saben bien como luchar contra esto, aunque no tardarán en descubrirlo. La esquizofrenia y la frustración se convierten en ejes fundamentales del filme. Sin embargo, el tono no es dramático, sino mas bien reivindicativo e irónico.
El trio de actores principales no tiene desperdicio: la química entre lo que parece ser un grupo de colegas da forma a la película; parecería que se lo han pasado bien filmando. Edward Norton (el ingenuo Jack), Brad Pitt (el anárquico anarquista Tyler) y Helena Bonham Carter (la desconcertante Marla) desarrollan personajes estrambóticos, uno mas salido que el otro. Todos luchan por encontrar un sentido a sus vidas, al precio que sea, siempre al borde de la marginalidad y la locura, con ciertas dosis de humor negro.
"El club de la lucha" supuso en su momento una cierta ruptura con lo visto anteriormente. Lo raro es que no haya generado un fanatismo capaz de emular en la realidad lo que se ve en la película. Fresca, dinámica, violenta y contestataria, es de esas películas que no dejan indiferente, y siempre merecen un segundo visionado. Irreverente y gamberra, verborrágica y crítica, supone el primer film antiglobalización, como he oído a alguien, no recuerdo quién, catalogarla. Imperdible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Lo realmente extraño en la película, después de la sorpresa de que Tyler y Jack son la misma persona (algo que se puede llegar a intuir), es precisamente la escena final.
Una vez Jack se deshace de Tyler disparándose en la boca, rescata a Marla y vuelve a tomar el control de sus hombres. Jack había recorrido varias ciudades, aprovechando su insomnio, para detener a Tyler. Incluso acudió a la policía con todo el plan para intentar desbaratarlo. Fuera donde fuera, Tyler contaba con secuaces, que incluso tenían orden de atacar a Jack (orden que el mismo Jack había dado, claro). Por eso, una vez vencido Tyler, uno se espera que todo vuelva a la normalidad, Jack cure su esquizofrenia y se comprometa con Marla.
En lugar de esto, lo que ocurre es que, mientras Jack toma la mano de Marla y cita la frase que da título a esta crítica, las bombas que Tyler había colocado en los edificios de los alrededores (el centro neurálgico del sistema financiero), estallan. La imagen es realmente tan bella como inesperada: los edificios van derrumbándose uno a uno, todo estalla, Jack y Marla (quien no puede creer lo que ve), a contraluz y con música de Pixies. Bienvenidos al caos. Tyler Durden gana.
Una vez Jack se deshace de Tyler disparándose en la boca, rescata a Marla y vuelve a tomar el control de sus hombres. Jack había recorrido varias ciudades, aprovechando su insomnio, para detener a Tyler. Incluso acudió a la policía con todo el plan para intentar desbaratarlo. Fuera donde fuera, Tyler contaba con secuaces, que incluso tenían orden de atacar a Jack (orden que el mismo Jack había dado, claro). Por eso, una vez vencido Tyler, uno se espera que todo vuelva a la normalidad, Jack cure su esquizofrenia y se comprometa con Marla.
En lugar de esto, lo que ocurre es que, mientras Jack toma la mano de Marla y cita la frase que da título a esta crítica, las bombas que Tyler había colocado en los edificios de los alrededores (el centro neurálgico del sistema financiero), estallan. La imagen es realmente tan bella como inesperada: los edificios van derrumbándose uno a uno, todo estalla, Jack y Marla (quien no puede creer lo que ve), a contraluz y con música de Pixies. Bienvenidos al caos. Tyler Durden gana.