Es de las típicas películas en las que no pasa absolutamente nada durante todo el metraje. Estás sentado en la butaca viendo escenas, una tras otra, sí, pero no hay nada que te llame la atención, que te atrape, que te haga querer verla hasta el final, etc.

Que sí, que sí, que la fotografía está muy bien, que la atmósfera de la película es bastante oscurilla, pero de terror y de suspense —«thriller»— poco.

Lo de «La invitación» lo digo porque en aquella cuando parecía que la película despegaba e iba a pasar algo, nada pasaba. Luego otra vez, otra escena, parecía que iba a pasar algo y nada. Así toda la película. Vamos, que la película calienta a un muerto del aburrimiento. Ya claro, cuando quedan veinte minutos lo meten todo de golpe, en fin.

Lo peor de todo es que se puede ver y reconozco que no es mala ni regular ni nada, es simplemente una película más de entre muchas sin nada que aportar al cine, si por lo menos fuera entretenida pues mira, pero ni eso. Te crea unas expectativas que no se cumplen para nada.

Y seguro que la gente irá diciendo, me veo a los críticos escribiendo; «es una metáfora de la inocencia en el mundo de la moda» blah blah blah.

Y Keanu, ¿para qué está? pues de relleno total. Si tuviera que comparar esta película con la música lo haría con el pasable álbum de David Arkenstone «Valley in the Clouds». Si quieres saber qué tema escogí ve a mi canal de YouTube, busca esta crítica y podrás oírlo. Encontrarás mi canal en mi perfil de FilmAffinity.