De verdad espero que esta sea la típica segunda película de transición, esa que pilla al director con la cabeza en otra parte, porque es para meterla en un cajón y olvidarla. La razón es bastante simple: nada funciona en Elysium salvo un diseño de producción y una CGI fastuosa. Para empezar el guión debe llevarse con merecimiento el premio "Whatever movie 2013", porque chorrea inconsistencias y disparates, amén de que no sabe a lo que juega: empieza como una narración Sci-Fi de Fernando León de Aranoa y, a la media hora, se transforma en una tormenta de ideas propia de una reunión de firkis en la que todo puede ocurrir y todo puede estallar. Por si esto no hubiera sacado al espectador medio (aquel que quiere saber qué está viendo) de la película, lo que quiere hacer Blomkamp con su reparto no ayuda, de modo que convierte a Foster en una perversa de opereta y a Copley en una mezcla entre psicópata y hombre de hojalata; el pobre Damon, una vez más lo da todo pero no es suficiente para darle sentido al espectáculo. En definitiva, desastrosa e indefinible película que desaprovecha completamente una idea sugerente con un guión impropio de un profesional.