El punto de partida no podía ser otro que el declarar que este señor no es actor; es filmado en el seno de una producción cinematográfica, repartiendo "amor" y esas cosas, pero tanto como llamarlo actor...
El caso es que esta película, aún siendo horrible, es altamente entretenida y de lo poco que he visto de este hombre, es la más presentable. Yo atribuiría el mérito sobre todo a Andrew Davis, que tuvo una chispa de genio con el Fugitivo, porque da un buen espectáculo dentro de lo grotesco del asunto: un simple cocinero de un barco de guerra tomado por terroristas que acaba mostrándose como una máquina de matar. Por otra parte, el resto del reparto no acompaña mucho al bueno de Steven: Tommy Lee está, lisa y llanamente ridículo, Gary Busey hace de Gary Busey (es de decir, básicamente el payaso) y la señorita Eleniak pone carne en asador. En definitiva, obra muy menor dentro del género pero que puede verse perfectamente en un momento de debilidad.