¡Tantos calificativos que escribir! para la producción que arrebató la atención de miles de espectadores alrededor del mundo, bajo la dirección del mexicano Guillermo del Toro y un reparto español inigualable; todo en su lugar, cada detalle y el firme convencimiento para mostrar la injusticia y crueldad del ser humano en yuxtaposición con un mundo lleno de magia y hadas especiales.

Del Toro con una trayectoria en la dirección relativamente corta, crea mundos únicos capaces de atrapar a todo aquel que guste de imaginar personajes visualmente reticentes, de argumentos interesantes y de tópicos fuera de lo común. Su evolución ha sido notoria, Cronos y El espinazo del Diablo son importantes antecedentes en su filmografía para lograr su máximo resultado: El laberinto del fauno, con el cuál alcanzo la fama mundial, reconocimientos al por mayor, así como reiterar su credibilidad como director, que ni Holliwood pudo darle.

La controversia en la que se vio envuelto el jalisiense, con su coproducción México-España, hizo posible que la clase política mexicana, así como los medios de comunicación (caracterizadas por su falta de cultura) pusieran atención para tratar incentivar la industria fílmica en agonía, gracias a un Oscar que todos esperabamos; “México, se merece un Oscar“ decía la frase publicitaria de Televisión Azteca para la cobertura especial de dicha empresa en el evento, cuando ni ésta u otras mexicanas se ocuparon del mínimo detalle para la realización del filme; corrió a cargo de una productora mexicana Tequila Gang, Estudios Picasso, Tele 5 y Sententia Entertainment. Indignante ese mérito que se atribuían los mexicanos, vergüenza debería de darles que los creativos busquen el financiamiento en otros lugares.

Con una historia y dos vertientes, lo fantástico y el drama alrededor de una pequeña, su madre abnegada, un padrastro por demás autoritario y una doméstica hábil para colarse en el filo de la navaja por la lucha social vivida en la época de Franco, es sin lugar a dudas uno de los elementos destacados para el éxito. No olvidemos la caracterización y escenografía, la cual en las partes de lo fantástico es eficaz para creer que la niña entra en otras dimensiones.

A pesar de las críticas recibidas por la mala combinación entre el drama cabrón que vive Ofelia y la fantasía en la que se ve inmersa, es un resultado óptimo, ya que no es fácil la combinación de los dos géneros en un momento histórico que es latente en España. Del Toro se encuentra dispuesto a seguir explorando los géneros y ofrecer al público guiones de interés, que superen lo gratuito, lineal y olvidable.

España-México, México-España, que importa la nacionalidad, lo relevante es la obra.