Esta vez no han acertado. Mira que es fácil contentar al crío de ocho años que hay dentro de mi, pero las absurdas situaciones, tiroteos y persecuciones que ofrece ‘Espías con Disfraz’ son tan atropelladas y gratuitas que no llegan a engancharme en ningún momento.

La película es una adaptación al largometraje del corto de animación homónimo, dirigido y escrito por Lucas Martell en 2009. La verdad es que arranca bien, bastante curiosa. Es más, teniendo las voces de Will Smith y Tom Holland en versión original llegué a preguntarme en el por qué hacerla animada y no digital. Pero claro, con un guión tan sumamente planito lo normal es que les diesen dinero para esta pero no para la versión en carne y hueso. Por si fuera poco, la animación tampoco es nada del otro mundo.

Pero, volviendo a la cinta, llegado el momento de la “transformación”, todo es excesivamente tonto y metido con calzador. Podrían haberlo hecho de otra forma. A partir de ahí, todo va en picado y se convierte en un film muy monótono y aburrido. ¿Tenemos que hacer a todos los protagonistas de películas infantiles huérfanos? ¿De verdad no puedes explicar un poquito más, con un flashback o algo, los motivos del villano?

Así ‘Espías con disfraz’ se divierte homenajeando a las míticas películas de la saga de James Bond, mientras un servidor se aburre en la sala. Decepcionante.

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