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España España · MADRID
Voto de Spark:
7
Drama. Romance Es 1953, Kilian abandona la montaña oscense para emprender con su hermano un viaje a Fernando Poo, una antigua colonia española en Guinea Ecuatorial. Allí les espera su padre, en la finca Sampaka, donde cultiva uno de los mejores cacaos del mundo. En la colonia descubrirán que la vida social es más placentera que en la encorsetada y gris España, vivirán los contrastes entre colonos y nativos y conocerán el significado de la amistad, la ... [+]
16 de julio de 2019
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Adaptación al cine de la novela de Luz Gabás del mismo nombre y fenómeno de ventas en España. Esta historia de amor que nos sitúa en la Guinea Ecuatorial durante su época como colonia de España se nos presentó como una gran superproducción española excepcional y única que no había que perderse... y lo cierto es que no decepciona (a no ser que se busque una obra maestra perfecta, evidentemente no estamos ante "La vida es Bella" (1997), "El Padrino" (1972) o "La lista de Schindler" (1993)). Pues nos encontramos ante un film muy completo y casi redondo.

El guión, llevado a cabo por Sergio G. Sánchez (autor del mejor cine de J.A. Bayona), afortunadamente no cae demasiado en los tópicos más pueriles. Si bien es cierto que hay un par de personajes cuyo desarrollo argumental es tan arquetípico que hacen distanciarse al espectador de la trama al no resultar creíbles (lo del hermano del protagonista su pudo cuidar más, y ojo al personaje del "capataz racista malo maloso", que cada vez que aparece es para hacer alguna "p-tada. Resulta un personaje completamente irreal pues no tiene una sola dimensión más, y hasta los villanos reales tienen aristas (el cine lo ha plasmado en otros largos, desde los basados en hechos reales como "El hundimiento" (2005) o "La lista de Schindler" (2000) hasta en cine histórico de ficción como "Gladiator"). Cada vez que aparece ese personaje resulta una broma de vergüenza ajena y el film pierde muchos enteros por hacerse patético sin necesidad de ello), por fortuna este tipo de personajes no son la regla general en "Palmeras en la nieve" y en el conjunto global no dejan de ser una excepción bastante esquiva. Y es que en líneas generales nos encontramos con un guión cuidado y grácil. Su hermosa y delicada historia es tratada como tal, presume de tocar varios palos (romance de época, aventuras exóticas e intriga socio-política) y todos los sabe entremezclar con destreza, capacidad, carácter y arrojo. El romance de época es sutil, sus escenas de amor y/o sexo son pertinentes y claves, sus dramas se nos describen sin exagerarse en sus minutos pero con solidez y firmeza, la aventura hacia una vida inédita y una nueva cultura se describen con la tensión y el vigor pertinentes, y el tema de las rencillas latentes entre colonos y colonizados está muy bien compuesto y presentado.
Lo cierto es que esta historia se desarrolla en el libreto con tal equilibrio y virguería (ojo a como la trama sabe cuando volver al presente tras los flashbacks... cuando esos flashbacks pueden empezar a hacer mella en el espectador por la duración del metraje, y ojo a como se dinamiza el relato en los momentos precisos con la voz en off del protagonista y los múltiples relatores de la trama (como la avengentada esposa del protagonista)) que sus casi 3 horas ni aburren ni se hacen redundantes o pedantes. La historia que nos ocupa siempre sabe mantener la atención y el misterio para con el espectador por diversos y múltiples motivos descritos con mimo y consistencia.

La puesta en escena no le va a la zaga. A la altura de lo mejor de Hollywood, "Palmeras en la nieve" nos regala una puesta en escena que es, sinceramente, para enmarcar. Desde el gran, detallado y elegante diseño de escenarios, pasando por los majestuosos paisajes selváticos y la fotografía vetusta pero sincera que los acompaña (donde priman los tonos ocres y amarillos... vestuario incluído), y llegando a un manejo de la cámara usual pero siempre preciso, su envolvente sonido y su banda sonora no reseñable pero sí muy ensalzadora con lirismo en cada momento de la trama.

Desde luego el libreto es notable, pero su envoltura también. La narrativa visual es capaz de mantener también el interés y la seducción para con el espectador (desde las jornadas en la plantación con planos más cerrados pero siempre con paneos semi-subjetivos que siguen al protagonista, hasta las noches de lluvia contrapicadas).

Lo cierto es que sería capaz de considerar a "Palmeras en la nieve" (un film de puesta en escena fulgurante y de guión elaborado con mimo y perspicacia donde la presentación de personajes es sutil pero crucial, donde el nudo se produce con el ritmo pertinente y el desenlace es refinado) una obra maestra... sino fuera por algún que otro tópico sonrojante desperdigado y... por la elección del protagonista. Y es que imaginen este film con Javier Bardem, Luis Tosar o Carmelo Gómez en el rol de Killian. La cinta necesitaba de un intérprete que fuera capaz de transmitir un empaque y un carisma que, con toda sinceridad, Mario Casas no tiene. No digo que sea un mal
intérprete (aunque esa dicción es mejorable, en ciertos puntos del film no se le entiende cuando arrastra las
palabras), ya que ha mejorado con los años y se percibe en los toques más dramáticos de su personaje una potencia contundente y natural (también ayuda la gran química desprendida por su pareja artística en pantalla)... pero estos atisbos de buena actuación son algo escaso en la cinta y, solo con ver a cualquiera de los actores que le acompañan (Adriana Ugarte, Daniel Grao, Berta Vázquez o Emilio Gutierrez Caba), se notan demasiado sus carencias. Simplemente no está a la altura ni del relato ni de sus compañeros.

En fin, aun así la cinta es más que recomendable para todo fan del género de romance de época y... para todo tipo de público es recomendable su visionado al menos una vez en la vida. Quizás no vaya a pasar a la historia del cine (del patrio sí), pero no cabe duda que supone un disfrute para los sentidos durante su visionado gracias a un argumento compuesto y armado con gran habilidad, y gracias a su esmero plástico.

Lo mejor: Me quedo con su cinematografía. La pericia de su excelso guión para no aburrir ni distraer (no hay un solo momento en el film que no sea clave para el desarrollo de la trama o de sus personajes, y tampoco por ello deja de lado la distinción y la delicadeza).
Lo peor: La falta un actor protagonista de mayor nivel interpretativo.
Spark
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