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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Giskdan:
7
Ciencia ficción. Fantástico Seis valientes astronautas viajan en una cápsula espacial de la Tierra a la Luna. La primera película de ciencia-ficción de la historia fue obra de la imaginación del director francés y mago Georges Méliès (1861-1938), que se inspiró en las obras "From the Earth to the Moon" (1865) de Julio Verne y "First Men in the Moon" (1901) de H. G. Wells. Se trata de un cortometraje de 14 minutos de duración realizado con el astronómico ... [+]
24 de marzo de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al momento de escribir esto, está de moda un joven "mago de Youtube" que se está llenando de guita recibiendo millones de visitas en sus videos que se viralizan en las redes sociales de Internet. En el noticiero de la tele, los periodistas comentan sobre las "increíbles" y "fascinantes" ilusiones que muestran al chico arrojándose contra la puerta cerrada de un coche para caer mágicamente sentado en su interior, o lo enseñan socarrón lanzando al aire un cubo Rubick desordenado para atajarlo con su mano y mostrarlo ya resuelto. Por supuesto, el flaco no es un mago, sino un editor de video. Mientras los forros del noticiero tienen un orgasmo de elogios sobre lo "novedoso" e "ingenioso" del trabajo del pibe, un amistoso vecino mira el televisor y piensa: "esto ya lo hacía Georges Méliès hace ciento quince años".

Dicen que aquel ilusionista de teatro un día se puso a filmar la calle y su cámara se atascó un momento para luego arrancar otra vez. Cuando más tarde viera el resultado, el hombre de los bigotes respingados observó como las personas y vehículos de la calle se desvanecían mágicamente para reaparecer instantáneamente a unos metros de distancia. Descubrir por error la edición y el montaje no es un gran mérito, pero saberlo aprovechar para llevar al incipiente cine documental de los Lumière y sus seguidores hacia la creación del espectáculo cinematográfico, es lo que define a un visionario.

Ya sea sacando conejos de galeras o cortando al medio a sus bellas ayudantes femeninas, los actos favoritos de los ilusionistas consistían, ya desde aquellos años, en cautivar al público con falsas desapariciones, metamorfosis y desmembramientos. Méliès vio en el montaje de las películas la posibilidad de volverlos casi realidad a los ojos del espectador. En sus innumerables cortos hizo aparecer y desaparecer ángeles y demonios; cortó y volvió a colocar cabezas; multiplicó elementos y personas como un Cristo aburrido de los peces. Se convirtió en el primer especialista en efectos especiales de la historia y en el padre del cine fantástico.

Con temas recurrentes e identificables en su obra, fue también en el primer "autor", muchas décadas antes de que sus compatriotas de Cahiers du Cinéma definieran el concepto. Se mostró a sí mismo en el papel de un maestro de ceremonias, de científico loco, de un alquimista o de Satán y su colega Mefisto. Fue un pionero del surrealismo, confundiendo la realidad con los sueños, dotando de vida a los objetos inanimados.

Entres sus elementos preferido a quién dotar de un alma estuvieron los astros, especialmente la Luna. Aunque ya había dado acto de presencia en "Le cauchemar" (1896) y "La Luna a un metro" (1898), el satélite más famoso se recibió de estrella de cine en 1902, siendo cegada parcialmente por un cohete espacial, en esta imagen que quedó grabada como un ícono del séptimo arte. Pero lo que vale de "Viaje a la Luna" no son sus imágenes y efectos. Acompañado y acompañando a otros pioneros del cine, el francés se alejaba un poco de los trucos de magia filmados y se adentraba en el arte de contar historias y argumentos más elaborados. El cine verdadero empezaba a nacer.

Have fun,
Giskdan.

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Giskdan
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