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Voto de emimalaga:
7
6,6
2.058
Drama
Tras un enfrentamiento en un campus universitario entre estudiantes y policías, un joven de familia acomodada, Mark, cree haber matado a un agente y huye, en compañía de otro joven y tras robar una avioneta, al desierto de Arizona. Allí se encuentra de un modo fortuito con Daria, una muchacha que trabaja para un abogado, director de un importante proyecto inmobiliario, y que está cruzando el desierto en automóvil para asistir a una ... [+]
23 de septiembre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rebeldía, hippies, transgresión, the Canyon (como la canción Twelve thirty de los mamas and the papas), revuelo y facultades estadounidenses... pero desde una cámara de autor italiana. Una película seria, que trata el espíritu joven (muy de mayo) sin despuntar, sin ruidos, ni siquiera en la selección musical de Pink Floyd y los Rolling. Merece la pena, eso sí: tiene fotogramas; se narra lo que se narra (pese al silencio), y eso es válido; y te deja una vibración: no te levantas y chillas, puede que ni aplaudas, pero por dentro te queda el ritmo que pretenden las imágenes vistas: ojos abiertos y rebeldía, tranquila como la psicodelia de la banda sonora.
Hay quien dice que sólo se queda con una escena, algo que yo ampliaría a tres, pero, aunque sólo por esas escenas, merece la pena definitivamente.
Hay quien dice que sólo se queda con una escena, algo que yo ampliaría a tres, pero, aunque sólo por esas escenas, merece la pena definitivamente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
De toda la película, con el tiempo, se le puede olvidar a uno casi todo, pero nunca el amor animal, tan Easy rider, en el desierto; ni la repetición de la imagen final, iterativa de un odio completamente reconocible: un odio consciente de sus limitaciones, que, por el momento, se limita a ser imaginación; ni tampoco la precisión y "crudeza" (no por duro, sino por verdad) con que se recorre la asamblea estudiantil en los primeros minutos de película. Si acaso, podría reprochar que, a pesar de la intimidad y belleza de los momentos juntos, no se les llega a coger ningún cariño a los personajes: no dejan de ser personajes en ningún momento (menos en la ya mencionada escena de sexo en el Cañón, cuando se convierten en los personajes que nos gustaría ser).