Lo que me resulta interesante es la sencillez y llaneza de Nisha. No pretende la directora construir un artificial personaje complejo y sofisticado, con frases ingeniosas y ocurrentes a lo americano, sino una personalidad en clave simple que te la crees bastante. Se trata de una chica normal con una familia que viene de Pakistán, pero que se ha criado según las convenciones y pautas occidentales, y de forma inocente y natural, quiere disfrutar de lo que la vida le puede brindar a una chica de su edad en un país como Noruega, entrando en brutal colisión con las arcaicas constricciones que el integrismo religioso y cultural impone a muchas familias de su país de origen.
No tiene mucho diálogo Nisha durante la película, sino que va comunicando sobre todo con las emociones que va transmitiendo en el desarrollo de la obra, recurriendo a las palabras lo justo y necesario, ya que si estas aparecen mas de lo preciso, se convierten en molesto ruido. En espuma para rellenar que hace menos creíble la película. Todas sus reacciones son verosímiles y naturales, y te las crees.... Sigo abajo.