La historia, sus giros de guión y los personajes son lo suficientemente buenos como para convertirla en un thriller de acción moderno bastante recomendable y también para que sea la mejor película de acción de la carrera de The Rock.

Él es una superestrella del género pero le pasa como al otro gran héroe de acción contemporáneo, Jason Stathan, que tienen carisma y las películas que hacen son pasables pero ninguna es destacable. Esta sería lo más cerca que ha estado The Rock de tener su propia peli de acción de culto, pero no tuvo el marketing de otras suyas más taquilleras pero de menor calidad. Una pena y por eso merece ser reivindicada.

No obstante, la peli habría podido subir un escalón si hubiese pulido un poco más algunos detalles, como por ejemplo que sus secundarios estén más desarrollados que el protagonista, el cual les queda bastante plano, o también haber elegido a un actor mejor para el papel que desempeña Oliver Jackson-Cohen, un personaje con mucha chicha que no suelen tener este tipo de cintas de acción y que sin embargo se ve empequeñecido por una elección de casting bastante sosa. También habría ayudado que Billy Bob Thornton aprovechase mejor su también jugoso personaje para ofrecernos una de esas performance que él sabe en lugar de ir con el piloto automático. Limando esos detalles la peli podría haber sido de las que se recuerdan.