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Voto de Prometheus:
10
Comedia. Drama Medio-oeste americano, 1967. Larry Gopnik (Michael Stuhlbarg) es un profesor de física que ve cómo de la noche a la mañana su vida se derrumba. Es un hombre bueno, un marido fiel y afectuoso, un buen padre y un profesor serio, pero, de repente, todo en su vida empieza a ir mal. Su mujer lo abandona sin explicaciones, y el amante de ella lo convence para que deje su casa y se mude a un motel por el bien de los niños. Además, su carrera ... [+]
2 de mayo de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi opinión, A Serious Man es una obra maestra en todos los aspectos, aunque lo que la hace realmente especial es la historia y el tono, que nunca decae en toda la película. Nuevamente encontramos reminiscencias de La Odisea y la tragedia griega. El personaje, en este caso un anodidno profesor de física judío, va sufriendo golpes del destino sin que aparentemente haya un límite a sus pequeñas pero destructivas desgracias cotidianas. Los golpes se van sucediendo aparentemente con la normalidad del día a día, como un veneno que se le va inoculando sin que pueda responder a la persistente agresión. Las visitas al Oráculo, en este caso los rabinos, no le sirven sino para acentuar aún más su indefensión frente a un mundo que parece reírse de él. Tampoco la visita a Circe, la vecina de esposo ausente, logra sacarle de su letargo. Es un anti-Ulises, porque no está buscando el reposo en su hogar perdido, sino que es de su hogar del que pretende escapar, pero no sabe hacia dónde. Como Ulises, nuestro protagnista es zarandeado por las fuerzas incompresnibles de la naturaleza, y va sufriendo los golpes de un destino que parece empeñado en dirigirlo en franca caída hacia la nada. No puede hacer nada, porque todo sucede en la normalidad de la vida cotidiana, anodina y mortal como un veneno. Si hubiera reaccionado violentamente, no sería un tipo formal y serio que acude a dar clases de física a la facultad y que nunca se mete en líos. Todo es asumible, hasta que llega la muerte. Gracias a los Coen por recordarnos que lo más terrible de nuestra aparentemente civilizada sociedad es que nos mata sin darnos cuenta y sin siquiera darnos la oportunidad para reaccionar. No sé en qué momento de nuestra vida nos han persuadido de que es admisible que nuestro vecino se meta en nuestra casa, que nuestros hijos nos pierdan el respeto, que nuestra mujer nos engañe, que tengamos que pagar el entierro de aquel a quien más odiamos, que nos desprecien sin más quienes tienen el deber de ayudarnos, que no exista defensa legal contra los abusos, sino que esta ayuda se convierta en un problema añadido, que nos traten de quitar la dignidad profesional bajo coacción, que nos persigan impunemente para pegarnos porque a un loco así le parece, y un largo etc. No sé cuándo nos han convencido ni qué droga han usado, pero vaya si ha sido efectiva. Un 10 para los maestros Coen.
Prometheus
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