Esto de que te asalte algún que otro escalofrío cuando estas viendo una película de terror, y dando por sentado lo lógico de que debido a la sensibilidad al respecto de cada cual, las escenas que a unos le provocan tal circunstancia a otros le mueve a despectiva hilaridad, al menos al que esto escribe le sucede en ocasiones muy contadas y muy espaciadas en el tiempo. Pues bien, aun reconociendo que una vez vista la película, la sensación que te deja es de haber asistido a un interesante y entretenido film de terror sobrenatural que arranca como otra mas de casas encantadas para mediante algún giro de guión mas o menos imaginativo entrar en concesiones comerciales, no por ello menos entretenidas, quizás puede parecer que peco de atrevido al calificar la función de algo mas allá de un interesante y divertido film.

Recapitulemos, tenemos un entretenido film de temática fantasmagórica dirigido por el especialista James Wang que mas que con Saw 2004 entronca en cierto modo con su Silencio desde el mal 2007, la nomina actoral pese a no figurar entre lo mas granado de la profesión cumple sin grandes alharacas con el espíritu de la función, la producción y efectos especiales no es que sean para tirar cohetes, y la banda sonora se limita a tirar de los consabidos estallidos sonoros para remarcar la acción, PERO cuando a todo ello le sumamos una fotografía y edición que sin ser nada del otro jueves envuelve la película de una atmósfera realmente inquietante, y al menos a mi, logra provocar un buen puñado de escalofríos (de los buenos, quizá influido por haberla visto en solitario, con la luz apagada, en pantalla grande y a altas horas de la madrugada), me basta y me sobra para calificarla como todo un hallazgo, y otra de las contadas con los dedos de una mano, referencia indiscutible a la hora de recordar una película de terror que durante su primer visionado e ignorando de que iba la cosa, me ha puesto los pelos como escarpias en mas de una escena.