Y hay quienes dicen que no es un director de cine. Se podrán decir muchas cosas de él, pero no eso.
En este film combina dos de sus más salientes características cinematográficas: el grotesco y lo barroco.La tercera que es el pictorismo de las escenas no está tan presente como en otros films como El cocinero el ladrón su mujer y su amante, o El vientre del arquitecto; y la cuarta: su obsesión por los numeros está bastante mitigada aquí, pero no ausente.
Pero con estos dos ingredientes alcanza para dar atmósfera a otro de los films fuertes del director.
Por ahí lei que esta película es "enfermiza", y sí, un poco, cuando uno veía The Falls, se anunciaba allí un cine fuera de lo convencional, totalmente, aquella, a su modo también era enfermiza.
Y ahí el talento de este artista que a pesar de ser a veces reiterativo, a veces cansador, logra atrapar en el poder de las imágenes que es capaz de lograr. En sus atmósferas, recargadas, asfixiantes.
Para sus seguidores nada que decir, para aquellos que no lo conocen quizás no sea la cinta más indicada para recomendar de él. Y si se tienen profundos sentimientos católicos, menos. Disfruté esta película con todo fervor.