Primer film de Clint Eastwood, realizado justo en un momento en que su popularidad estaba situada en un registro muy alto. Al ser uno de los actores más taquilleros del momento, y reivindicar como principales maestros a sergio Leone y a Don Siegel, no pocos vieron este debut como un ejercicio de oportunismo.

El film trata básicamente de Dave Garland (Eastwood), un conocido disk-jockey radiofónico acosado por una fan perturbada que acabará haciéndole la vida imposible. Narrado en forma de "thriller", el film remite en cierta medida a Siegel. Eastwood,opta por un estilo formal directo, funcional, que prima la economía en todos los sentidos (narrativo, visual, etc) y en la que todos los elementos de la puesta en escena están al servicio de la historia que nos quiere contar. Todo está en su sitio, y cumple una función determinada. La historia avanza de una forma lineal, con él mismo como principal estrella de la función.

Lo cierto es que la verdadera protagonista es la acosadora, Evelyn (Jessica Walter), pese a no salir mucho, pero cuando lo hace acaba dominando todas las secuencias. Por otro lado, también fue capaz de dar la vuelta al psicópata en cuestión, siendo en este caso una mujer y su víctima un hombre. Aún así, sería complicado buscar una visión progresista en el film. Pese a no ser del todo perfecto, Eastwood sorprende a todos facturando un film interesante, bien interpretado y dirigido con buen pulso, al que quizás se le puede achacar un ritmo excesivamente errático en ocasiones, y sobretodo en el inserto semi-documental del Festival de Monterey, donde rompe totalmente la narración y factura el film prácticamente en dos partes. Por otro lado, lo que nos cuenta nos lo hubiera podido mostrar en menos tiempo del que emplea, pero para ser una primera película, Eastwood apuntaba maneras, aunque es más fácil decir eso tras una filmografía de varias decenas de títulos que no en el momento en que se estrenó su ópera prima. Intentando distanciarnos un poco, el film es capaz de sorprendernos. Primero y de forma más inmediata por ver a Eastwood interpretando un papel más bien de víctima, y sin que su papel en el film tenga excesiva "acción" y si un mayor peso dramático. Y en segundo lugar, por el hecho de fabricar un denso "thriller", adelantándose además varios años a la moda de los psicópatas obsesivos.

El film tiene aspectos para ser valorado por sí mismo, y sobretodo Eastwood consiguió hacer un film de los llamados "personales", en el que sin esconder las referencias, y sin inventar nada nuevo, busca su propio camino a la hora de contarnos una historia, y esto es valorable independientemente de quien se trate el director. sin ser redonda del todo, Eastwood prometía sorprendernos cuando se pusiera tras las cámaras. Y desde luego que lo consiguió.