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Voto de Sibila de Delfos:
9
Thriller. Terror. Drama Jeff, un fotógrafo de 32 años, queda con Hayley, una adolescente de 14 años a la que ha conocido a través de Internet. Después de tomar un café, la lleva a su casa con el propósito de hacerle unas fotos... (FILMAFFINITY)
18 de abril de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hard Candy es una película filmada casi por entero en extenuantes primeros planos. No comprendo la razón por la que David Slade hizo ésto. No hacía ninguna falta, estéticamente es muy feo, y él es un director que sabe muy bien como rodar de forma convencional, por así decirlo. Quizás, al tratarse de un proyecto tan indie, prefirió hacerlo así. Quién sabe, pero es uno de los pocos defectos de la cinta.
Hard Candy es sordidez pura, una de las cintas más indigestas que se pueden encontrar por ahí, dura, seca, terrible y aterradora, un juego psicológico entre dos seres que intercambian los supuestos roles de víctima y verdugo. Es difícil de ver, intensísima, y no para todos los públicos. Lo que la hace la película apasionante que es es precisamente el debate que abre sobre la justicia, la legalidad y la venganza. Un debate que está en la calle, que se reabre cada vez que un caso terrible de asesinato, tortura o violación sacude los telediarios. El personaje de Jeff es un pedófilo, y un ser absolutamente detestable, alguien que conoce sórdidos secretos que tendrían que haber sido revelados a la policía, y que se ha convertido en cómplice de actos deleznables. Pero a la vez, es una persona que acaba en manos de una adolescente, Hayley, absolutamente perturbada, psicópata, sociópata y cruel hasta el infinito, una asesina sin escrúpulos. Así pues, el debate está servido. Lo que Hayley hace es ilegal, pero ¿es justo? Muchos seguro que aprueban su conducta, porque Jeff es un criminal, pero ¿donde empieza la justicia y donde acaba la venganza? ¿Han de pagar los criminales con su propia medicina? Y sobre todo, ¿a quién de los dos, Hayley o Jeff, tiene que apoyar el espectador? Afortunadamente, la película no da la respuesta. El inteligentísimo y brillante guión de Brian Nelson no juzga a ninguno de los dos, ni se pone de parte de nadie. O mejor dicho, deja claro que ambos, Hayley y Jeff, son criminales, cada uno a su manera, y a partir de ahí, es cada espectador el que ha de decidir quién quiere que triunfe en su batalla... si es que ha de triunfar alguno.
Patrick Wilson está absolutamente soberbio, personificando al mismo tiempo al hombre detestable, criminal incluso, y a la víctima digna de nuestra compasión. Y Ellen Page... Ellen Page es una de las mejores actrices del mundo, y aquí, con sólo 18 años (17 en el momento de rodar) se marca una antología de la interpretación que debería conservarse en un museo. No sé si alguna vez se ha visto a una chica tan joven en un personaje tan extremo, complejo y hardcore. La palabra es ESPECTACULAR. Sin más.
En definitiva, una excelente cinta de terror, de ese que más miedo da, el que no tiene fantasmas ni monstruos, sino personas haciéndose daño unas a otras.

Lo mejor: Ellen Page, Patrick Wilson y el apasionante debate que abre con los actos de los personajes.
Lo peor: El abuso de los primeros planos y el abrupto final. No habría estado de más ver algunos minutos extra que explicasen un poco las consecuencias de todo lo visto, aunque qué duda cabe de que resulta todo todavía más sórdido e interesante de esa manera.
Sibila de Delfos
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