Buen western mítico de Howard Hawks, algo sobrevalorado quizás a pesar de su aura y su consideración, pero enormemente emotivo en su descripción de la relación entre los personajes de John Wayne y Monrgomery Clift, padre e hijo postizos con una de las relaciones mejor descritas del género western. Sin embargo, hay que reconocer que más allá de eso la película apenas tiene nada interesante. De hecho, sorprende la escasa o prácticamente nula trama que cuenta.
Aun así, notable por su caracterización y por la excepcional realización de Hawks.

Lo mejor: Wayne, Clift y sus personajes
Lo peor: Qué larga es... y qué poca historia cuenta...