Buenos actores, buen director, buen nivel de producción y una película demasiado larga y pesada como para interesar mucho a nadie que no haya seguido de cerca la figura de George Wallace. Es interesante la reflexión que hace la narración sobre el cambio de Wallace una vez sufre el atentado y los rótulos finales se encargan de decirnos qué pasó y cómo se dio cuenta de cuán equivocada era su postura respecto a los afroamericanos, pero la narración es pesada, muy pesada, y la película dura casi tres horas, lo que es sin duda demasiado.

Lo mejor: Los actores (esa Angelina Jolie de los años 90, insistimos, mucho más interesante como actriz que en las dos décadas siguientes)
Lo peor: Lo larga que es.