El corruptor pasó bastante desapercibida en su día como un thriller policiaco o de mafias más, quizás porque en aquel momento se vio como una cinta al servicio de un Mark Wahlberg que entonces salía en las portadas de revistas para quinceañeras y se vendía como un guaperas rompecorazones, muy alejado ya de su problemática juventud y su imagen de duro rapero en Marky Mark and the Funky Bunch.
Sin embargo, vista hoy, es justo reconocer que la cinta de James Foley resulta no sólo de lo más entretenida, sino también interesante. La trama no es nada del otro mundo, pero avanza con ritmo y con eficacia, y los personajes resultan cercanos y no cuesta nada acompañarlos en su peripecia contra los tong chinos en Nueva York. La química entre Chow Yun-Fat y el mencionado Wahlberg propicia, además, un cierto tono de buddy movie que le viene muy bien al conjunto, y el hecho de que sea una película para adultos y no recomendada para menores de 18 años permite que tenga una violencia y una dureza muy acorde con la historia.
Infravalorada y bastante correcta. Incluso notable, se podría decir.

Lo mejor: La química entre Chow Yun-Fat Mark Wahlberg y su seriedad.
Lo peor: No es una obra maestra.