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Voto de Sibila de Delfos:
4
Drama Cuando a Jon, un adolescente conflictivo, lo expulsan del colegio, su madre lo manda a vivir con su abuelo Max, un militar retirado que estuvo en la guerra de Bosnia y que ahora vive en un pueblo de la Costa de la Luz. Pero a Jon le gusta vivir peligrosamente, y su abuelo se ha convertido en un hombre de costumbres tranquilas. Los dos tendrán que enfrentarse a sus limitaciones y a sus miedos. (FILMAFFINITY)
8 de diciembre de 2013
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Gracia Querejeta ha intentado volver a hacerlo. Ha intentado repetir la fórmula de Siete mesas de billar francés, su gran obra maestra: comedia, drama, familia, amor, bocados de realidad. Y le ha salido el tiro por la culata, desgraciadamente.
El guión tiene el inconfundible sello Querejeta, con ese mimo en los diálogos y esa capacidad para retratar las vidas de gente muy normal que acaba por convertirse en extraordinaria. Esa era la idea y eso es lo que ocurre en el comienzo de la cinta. Pero tan pronto como desaparece de escena el personaje de Maribel Verdú y el foco se pone en los de Arón Piper y Tito Valverde, la película sufre un terrible e irrecuperable bajón en el ritmo. Por decirlo claramente, se vuelve tremendamente aburrida. La relación abuelo-nieto no emociona, no se produce empatía con los personajes y no existe un verdadero interés en transmitir nada con la historia. Y encima la directora introduce una tragedia mayúscula que no cabe detallar pero que da un tufillo de folletín a la propuesta que no le viene nada bien.
Por supuesto Verdú está fantástica, aunque parece repetir un poco lo mismo que hizo precisamente en Siete mesas (a ratos parece que algún personaje va a llamarla Ángela en vez de Margo). Piper también hace un trabajo meritorio (ver la secuencia en que responde a las preguntas del médico en el hospital), así Tito Valverde en un rol muy distinto al que lo hizo célebre en El Comisario. Belén López y Susi Sánchez funcionan a la perfección como secundarias de lujo.
Una lástima, pero por mucho premio que se llevara en Málaga no ha salido como Querejeta y sus devotos esperaban. Siempre queda revisar Siete mesas de billar francés. Es todo lo que 15 años y un día no es.

Lo mejor: Los actores y el comienzo, lo mejor de la cinta.
Lo peor: Es aburrida y le sobra tragedia por todas partes.
Sibila de Delfos
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