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Voto de Vakulinchuk:
8
Drama Irlanda, 1930. Un campesino trata de defender, a toda costa, la parcela de tierra que su familia ha cultivado durante generaciones y cuya subasta pública es inminente. Ni siquiera su propio hijo parece decidido a defender su legado de sangre. (FILMAFFINITY)
3 de julio de 2007
31 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El prado” pertenece a ese género de películas que uno desconoce que existe y que cuando las visiona se queda extasiado por tener conciencia de que ha descubierto algo valioso, algo que otros muchos ignoran. “El prado” es una película enorme, de un poder visual que en muchas de sus imágenes resulta apabullante. El prado, centro de esta película, simboliza, todo el devenir, todo el sufrimiento, toda la dedicación y esfuerzo de una familia muy humilde por sobrevivir al hambre. El perderlo puede suponer perderse ellos mismos, perder la razón por la que uno ha vivido, perder aquello donde ha quedado empapada el alma a lo largo de tantos años de penalidades. El dinero no lo debería de poder comprar todo y por eso mismo, la rebeldía, la violencia, la fuerza, algunas veces no sólo son entendibles, sino necesarias. Película que reúne a grandiosos actores. Un Richard Harris soberbio, quizás en su mejor papel, a mi modesto entender. William Hurt, aquel que hacia de Calígula en la serie Yo Claudio, ofrece una actuación fantástica, de lo que aquí se denominaría “El tonto del pueblo”, Sean Bean lleva con soltura su papel de hijo atormentado y mediatizado por un padre de personalidad aplastante y autoritaria y completa el cuadro un Tom Berenguer que no desentona de los anteriores. El cine irlandés es peculiar, o quizás uno debería decir “sus personajes” y seguramente por eso uno encuentra muchas similitudes con otros títulos. Tipos tozudos, autoritarios y dignos…
Vakulinchuk
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