Secuela de Miguel Strogoff, el correo del zar, adaptación de una de las más famosas novelas de Julio Verne, nos narra una nueva aventura de este mítico húsar, que a pesar de no tener ya nada que ver con la famosa novela, a mí me resultó muy disfrutable, quizá debido a que este contexto histórico, raramente hemos podido disfrutarlo en el cine.
En esta ocasión nos presentan a un Miguel Strogoff ( ya ascendido a coronel ) que es requerido por la emperatriz de Rusia para una peculiar misión. Su sobrino el príncipe, un joven mimado y temerario, se ha enrolado al frente de una compañía de soldados para luchar contra los otomanos. Hombre de nula experiencia en la guerra, aunque sobrado orgullo y arrojo, la emperatriz teme por su vida y suplica a Miguel que se enrole en su compañía en calidad de observador, dada su vasta experiencia.
Buenas dosis de aventuras exóticas a cargo del mismo actor que protagonizó la historia original de 1956, la película entretiene aunque no cabe esperar gran despliegue de medios. Sin embargo me parece que el guionista ha hecho un buen trabajo ya que, a pesar de ser otra historia, conserva el espíritu original, resultando un film pequeño pero emocionante.
Por poner alguna pega, yo creo que la pequeña historia de amor sobra. Es una concesión para meter una figura femenina en una historia que no lo necesita.