Un bélico de lo más interesante, justamente convertido en clásico que nos narra los días previos del ataque a Pearl Harbour por parte de las tropas japonesas.
Dirigida y narrada desde los dos puntos de vista, el americano y el japonés, la película no cae en el típico maniqueísmo tan corriente en este género y se dedica a ilustrarnos, con bastante honestidad creo yo, en todos los acontecimientos y desencuentros diplomáticos, estrategias militares, errores humanos y negligencias, caos burocrático y rivalidades entre jefazos, todas aquellas circunstancias al fin, que hicieron posible que los japoneses vieran factible enfrentarse a la todopoderosa base aeronaval americana.
Para los profanos en este tema como yo, esta cinta resulta muy satisfactoria ya que además de ofrecer unas imágenes espectaculares muy bien rodadas, sientes que te están ilustrando sobre un tema de gran importancia histórica, sin meterte memeces del estilo de superhéroes patriotas u otras tonterías por el estilo.
Fleischer se hizo cargo del rodaje de la parte americana, después de que Kurosawa abandonase el rodaje por desencuentros con el productor y lo cierto es que lo hace muy bien. A mí Fleischer siempre me ha gustado y creo que es un director muy solvente. Por la parte del punto de vista japonés, Fukasaku y Masuda se encargan de dirigirla y para variar, me encanta ver un film de la II Guerra Mundial, en la que los japoneses no son malos, malísimos.
En conclusión, un buen film bélico que aúna diversión y cierto rigor histórico. Fascinante.