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España España · Salusa Secundus
Voto de LordLeal:
9
Thriller. Intriga. Terror El FBI busca a "Buffalo Bill", un asesino en serie que mata a sus víctimas, todas adolescentes, después de prepararlas minuciosamente y arrancarles la piel. Para poder atraparlo recurren a Clarice Starling, una brillante licenciada universitaria, experta en conductas psicópatas, que aspira a formar parte del FBI. Siguiendo las instrucciones de su jefe, Jack Crawford, Clarice visita la cárcel de alta seguridad donde el gobierno mantiene ... [+]
24 de agosto de 2007
81 de 110 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando pienso en el "Silencio de los corderos", aparte de que es un film de culto y posiblemente el thriller más relevante y popular de los noventa que triunfo por sorpresa contra todo pronóstico, lo primero que me viene a la cabeza es la escena del manicomio en que Miggs, el vecino chalado de Lecter, riega a la agente Starling con cierta substancia de elaboración propia.

Que barbaridad, como cambian los tiempos, lo que por aquel entonces a los que eramos niños nos parecía una escena de lo más fuerte hoy suena a tontería comparado con lo que se escucha por la tele (razón por la que me alegro de haber sido niño por aquel entonces y no ahora) y probablemente ahora lo sea... pero que placer malvado constituía en aquel entonces ojear esta cinta para contemplar la susodicha escena... ¿a que si?

Guarrerías a parte, si bien "El silencio de los corderos" no constituyó en si la primera aparición del asesino en serie más culto (y de culto) y refinado de la historia, pues el personaje del Dr. Lecter ya aparecía en la anterior y desapercibida "The hunter", Anthony Hopkins, en el que sin lugar a dudas es el papel de su vida, le supo dar un aire tan refinadamente macabro y perturbador y hacerse el personaje tan suyo que es difícil hoy imaginar al doctor sin que acuda el rostro de Hopkins a la mente, lo que probablemente además constituya uno de los oscars más justos jamás concedidos.

Una historia buena y pegadiza, con múltiples ramificaciones, en la que no solo salen a la luz los demonios personales de los psicópatas, sino también los de los propios héroes, y otro chalado de lujo como "Buffalo Bill" junto a una agente intimidada por vivir en un mundo de hombres conforman el panorama de este auténtico clásico moderno, cuyo paso a la posteridad lamentablemente se vió (y vete a saber si verá) enturbiado por diferentes subproductos en forma de secuelas de desigual calidad.

"Me... follaría... me follaría a mi mismo... hasta el fondo"
"Fefefefefefefefe" (Que bueno era ese sonido de Lecter)
LordLeal
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