Ante todo, la nueva entrega de Bourne no es solamente una correcta película de acción, si no que su realización es notable y entretiene, que no es poco. Pero ya está, eso es lo que hay, es una película de acción entretenida, bien realizada y poco más. Se pasa un rato entretenido viéndola pero no aporta nada destacable que no hayamos visto anteriormente ni entiendo ese afán de convertir al personaje de Bourne en una franquicia que se pregona como el último, único y auténtico héroe de acción de última generación.

El personaje de Bourne me deja indiferente. No se en que se diferencia de cualquier otro héroe de acción y qué aporta para a partir de su periplo construir una franquicia entorno a su figura. Entretiene, repito, si, pero no me parece suficiente justificación como para construir a su alrededor una saga comparable a la de James Bond como algunos pretenden, especialmente después de su resurrección en "Casino Royale".

Su realización es notable si bien confusa en las escenas de acción, siendo en ocasiones demasiado rápida y temblorosa como para que el espectador se entere de lo que está pasando con detalle, pero correcta y trepidante en todo caso.

Bourne me parece más una curiosidad que un personaje carismático. Se deja ver pero su transcendencia me parece una exageración. Quizás será porque siempre he sido más de Bond y no entiendo siquiera que alguien le intente hacer sombra, pero este personaje, más interpretado por un Damon que ya de por si no suele destacar y con su frialdad, menos creo que lo consiga aún.