Para un no creyente esta puede ser una película devastadora y pesada de ver, porque es un reflejo existencial del vacío de la vida humana sin Dios. La excelente fotografía, la reiteración de planos con las mismas escenas desde diferentes ángulos, la música claustrofóbica y repetitiva, y, en general, su maravillosa ambientación, nos van sumergiendo en una atmósfera ominosa donde no existe la esperanza, la relación humana, o la alegría, sino la mera supervivencia rutinaria cual ese caballo de carga. Así es la vida de muchas personas en la actualidad.

Asistimos a la relación inexistente entre un padre y una hija en circunstancias de miseria, donde en ningún momento se atisba el más mínimo afecto entre ellos. Los personajes no se hablan, no reaccionan, no se apoyan emocionalmente, permanecen en un estado casi hipnótico de tristeza porque solo ven un final sin esperanza. Y realmente es así para quien no tiene la vida eterna. Son humanos que viven en las tinieblas de sus circunstancias y su temporalidad. Y no es la miseria material o el ambiente hostil lo que les carcome y les hace morir lentamente, sino la miseria espiritual, el no tener a Dios.

Como alternativa, está ese hombre que va a visitarlos para hablarles de la filosofía de un enemigo de Dios, y los gitanos, que representan en este caso las ideas del maligno, esas que nos dicen constantemente que el único objetivo de la vida es disfrutarla al máximo, beber, tener sexo fuera del matrimonio, robar o aprovecharnos de los demás si es preciso, y hacer cualquier cosa que nos produzca placer antes de que llegue la muerte. Son ellos, esos gitanos, los que le dan a la muchacha un libro que critica a las iglesias, siendo este argumento una de las artimañas que emplea el maligno para intentar desviar a los humanos del conocimiento de Dios. Porque si bien hay muchas "iglesias" (así se hacen llamar) desviadas de la verdad, iglesia solo hay una: la iglesia cuya única y exclusiva autoridad es Jesucristo. En ese sentido, la película nos muestra de forma magistral cómo son esas vidas vacías que se mueven en las tinieblas, movidas como títeres por las filosofías humanas al servicio del mal, basadas solo en el devenir de las circunstancias materiales y ambientales, y donde solo se abre una puerta de esperanza ante ese futuro miserable proclamando el hedonismo y el disfrute de la vida carnal sin más.

No obstante, para quien crea que la película es deprimente, en realidad no lo es del todo, porque también parece que el sufrimiento acaba con ese final, cuando no es así. La película completa, para quien no recibe la gracia de Dios, es mucho más terrible, y se reproduce una y otra vez para toda la eternidad.